jueves, 1 de agosto de 2013

(des) Ilusión

La conocí en años pasados.
Servía tragos envasados en pócimas viejas.
El amor tras rejas era emblema de sus ritos,
su juego favorito: el anhelo de una vida nueva.  

En sólo una semana aprendí que todo se renueva,
incluso la desilusión hermana
que en pequeñas dosis de crisis emana de su estela,
dejando séquitos de lágrimas vencidas.

Sus palabras erguidas
fueron prohibidas en su secta,
profanas líneas rectas sugerían
cambios en su vida.

Tenía en su cuerpo tatuado,
tachados los nombres de amores pasados.
Fui anécdota, segundos, cenizas, sólo un párrafo;
inútiles intentos de quedar en la historia.

Pero a su memoria volvieron los fantasmas
que sin sábanas atormentaban a cara descubierta.
No podía ser perfecta, pensé al principio,
pero antes de tiempo ella apretó el gatillo primero.

Esa mujer cruel que no cambia la piel ni el deseo,
que no atraviesa el viento paralizada en el tiempo,
me dijo en un texto que estaba angustiada,
colapsada por las penumbras caras del recuerdo.

Así fue que me dijo: no te metas en ésto;
y seguí el consejo por respeto,
fui prudente y circunspecto
pero la paciencia es corta.

Igual no me arrepiento, no me queda otra.
Por eso decidí llevarle la contra:
voy a hacerla inmortal con canciones
hasta que enfrente sus temores
y sepa que en alguien ella importa.

Matías De Rose

sábado, 27 de julio de 2013

Sombras

     "Mi vida no tiene sentido", me repetía detrás del humo de sus cigarrillos. Su mirada estoica y aspecto de mujer invulnerable se derrumbaron con esas cinco palabras. Con sus pupilas oscuras, temerosas.
Intenté rearmar los cristales que sus ojos dejaban caer al suelo, con menos suerte que la que consiguieron mis antecesores.
     Quizá ella no lo sepa, pero es una víctima. Víctima de su pasado y de su frágil presente. Pero principalmente lo es de ella misma. ¿Cuánto tiempo se puede vivir sin cambiar la piel? ¿Sin arremangarse y atreverse a cruzar el río? Sin sentir.
     Cada mañana se eleva de su cama y empieza a girar suspendida en el aire. Se prepara para enfrentarse con un juego que conoce muy bien, pero que no tiene idea de cómo jugarlo (¿quién sabría?). En definitiva, ella nunca se levanta. Es como si siguiera ahí, en su lecho póstumo, inmóvil por el miedo al vapor de la ciudad, a la corteza de los árboles, las palabras, los gestos...
     "Mi vida no tiene sentido", se sigue lamentando, tratando de hallar algo que no existe. Ella es única y a la vez es todas las mujeres. Encontrar un destino, los significados, las certezas a través de los sentidos, no hace más que transformarnos gradualmente en reflejos de algo indefinible. En sombras de sombras inclasificables, inútiles. Es probable que si aceptara que la vida no tiene otro puerto que su punto de partida, se acercaría apenas a un momento feliz. Pero ella ya no es ella sino que es todas. Se aferra caprichosamente a su mundo de cristal y espera quién sabe qué cosa. La invité a levantarse de su cama colapsada, todavía le tengo fe...

Sauri Photography

miércoles, 10 de julio de 2013

"El trabajo hace libre"



     En el último de nuestros traslados desde Chelmno hasta Treblinka, uno de los cautivos de mi furgón nos afirmaba que en Auschwitz estaba nuestra liberación. Bajo una mirada desprevenida esto puede parecer un suicidio, pero no si se ponderara el dramatismo de aquel momento, donde tanto la naturaleza de nuestros sentidos como el parámetro de lo que se presenta como real sufren, invariablemente, severas alteraciones; por lo tanto cualquier teoría, por superflua o rudimentaria que fuera, se recibía con completa esperanza. Di media vuelta, me acerqué a su hombro y le susurré al oído: 
-Auschwitz está entre las tinieblas... Yo mismo he visto a hombres devorándose con otros y tormentos tan aberrantes que no podría describir con palabras lo que mis ojos han testimoniado. ¿Cómo puede usted confirmar que la luz de nuestra ansiada libertad se encuentre en medio de tanto horror?
- Pues yo le voy a contar -me responde-, a riesgo de que confunda mi honestidad con sofismas. Escuché por primera vez el nombre del General Hans-Wittman hace unos pocos meses, mientras llegábamos casi a la terminal Auschwitz-Birkenau. Leímos en la entrada del complejo una leyenda que nos generó un entusiasmo extraño, misterioso... Era un fulgurante letrero de hierro tallado que rezaba: "El trabajo hace libre".
     Lo interrumpo abruptamente, pues me pareció que el mayor pecado de este hombre era su ingenuidad. Le digo:
-Millones de inocentes cayeron ya en los campos de la muerte, trabajando tan ardua como inútilmente para nuestros verdugos. Ese lema no hace más que sentenciar nuestro último fin en la Tierra.
-Como ya he dicho -prosigue, ignorando mi interludio-, oí hablar sobre el General Hans-Wittman por ese entonces. Mucho se comenta acerca de las bondades de este hombre en distintos campos de concentración. Cuentan quienes lo conocieron que es un joven piloto de caza de bombardeo en picado y caza-blindados, que pertenece al Frente del Este. Por su carácter y audacia al frente de la Operación Barbarroja, que invadió a la Unión Soviética, obtuvo fama de distinguido militar: le otorgaron la Cruz de Hierro con Hojas de Roble en Oro, Espadas y Diamantes, la más alta condecoración del Tercer Reich. “El trabajo hace libre”... esa frase ha sido implementada por él en los campos de exterminio. Le voy a contar, Jaim y Lázaro, dos buenos matriceros judíos recomendados por el Obispo de Cracovia, fueron llevados desde distintos guetos de Polonia hacia la presencia de Hans-Wittman para realizar trabajos forzados... 
     Su relato interpoló inconcluso en la nieve de las rutas porque el ferrocarril se detuvo en la terminal de Treblinka. Las crujientes puertas del tren se abrieron de par en par y descendimos a paso trémulo, escoltados por un escaso destacamento de civiles y soldados nazis. Durante un tiempo incuantificable -allí, el tiempo es sólo un proceso de estados mentales- quedaron dando vueltas en mi cabeza las palabras de este cautivo anónimo que, como yo, ya se había convertido en una cifra -estaba identificado con los números 62774-: en Auschwitz está nuestra liberación.
     En un momento de la noche, luego de moler algunas rocas y recibir un baño de agua gélida, vuelvo a dar con este hombre en una de las letrinas donde nos hacinaban junto a ocho o nueve prisioneros más. Le imploro que continúe con la historia del afamado filántropo nazi. Se levanta lánguidamente de su lecho de costal, tendido sobre un puñado de piedras, y me advierte:
-Que mi historia no perturbe su imaginación, que por buscar salida a este infierno se meta en problemas o delirios de hidalguía. Muchos lo han intentado y ahora son mártires del pueblo hebreo. ¿Cómo es su nombre, señor? -me pregunta-.
-Benjamín, mi nombre es Benjamín Lichstein.
-Mire, Benjamín, sólo quien se da por vencido, está perdido. Ese es el famoso lema de Hans-Wittman. Este hombre se rebeló secretamente ante las torturas a la población civil. Consideró que todas las fuerzas armadas traicionaban a la patria y a su insignia militar, ya que su entrenamiento los dotaba para combatir a los enemigos bárbaros. Le comenté esta tarde que Jaim y Lázaro encontraron refugio a merced de este hombre, ¿se acuerda?. La última vez que los vi, me contaron que entrega frecuentemente a sus subordinados los nombres de cientos de judíos que han pasado a Disposición Final en listas apócrifas, pero realmente les da asilo en países que se mantienen neutros a la guerra.
-¿Y de qué manera bendice este buen hombre nuestro porvenir? Sólo un iluminado por Salomón podría edificar el tercer templo de Jerusalén, y a mi buen entender un hombre alemán sólo puede tender falacias.
     Me mira atentamente con su pálido rostro desnutrido y me dice que sólo hay una manera de llegar a él. Simplemente debía desacatar órdenes o actuar como si hubiese perdido la cordura. De esa manera me trasladarían a Auschwitz a modo de afrenta y yo podría topar con mi Mesías.
     Así fue que pasaron dos lunas, y yo, inmóvil, sobre mi tenaz cucheta de madera, sin emitir palabra alguna pese a los golpes y torturas que me ocasionaban fuertes alaridos de dolor y espasmos. Me enviaron, finalmente, a otra división -para mí, desconocida-. Cuando llegué por la mañana, logré divisar a unos cincuenta metros de distancia la frase “El trabajo hace libre”. Inmediatamente pensé que había topado con el lenguaje universal de un dios subalterno. Preferí no torcer mi comportamiento y continué inerte ante los empellones de los soldados, que me llevaban casi al arrastre hacia un imponente complejo de mármol con una enorme esvástica de hierro estampada en su cúpula. No bien pongo un pie adentro, arrojan mi desvalido cuerpo al suelo. Hecho un vistazo hacia adelante y veo un par de botas reluciendo frente a mi cara. Alzo la mirada y un General robusto, de uniforme finísimo con botones de marfil, me observa con sus labios torcidos y me invita a levantarme con un ademán.
- Vamos, levántese -me dice, sereno, con un tono casi paternal-, que sólo quien se da por vencido está perdido.
     Me pongo de pie con las pocas fuerzas que me quedan y, ya sin temor, le pregunto:
- ¿Usted es Hans-Wittman? me han hablado sobre usted.
- Mis hazañas en el campo de batalla fueron pasajeras e independientes de mi nombre, son arbitrariedades convencionales de nula relación con nuestro contrato -me dice ante algunos cadetes que vigilan atentamente junto al portón, y añade-. Sígame.
     A través de unos laberínticos conductos, me guía hacia un jardín en la parte posterior del predio, decorado con unas tupidas ligustrinas. Allí, comienza su lamento:
- Cuántas generaciones pasarán para reparar tanto daño... ¡Cómo lavaremos nuestras culpas cuando el alba del mañana eche luz sobre nuestros pecados! ¿Acaso Dios, el primer día del tiempo, habrá pertrechado una condena al hombre vil que acechara su divina creación? Yo no podré dormir en paz mientras el hombre persista en su estigma maligno. ¿Cuál es su crimen, señor?
- Pues, soy judío -le respondo, haciéndome cargo del delito-.
- Usted mañana mismo va a dejar esta región. Es importante que sepa que por un tiempo va a vivir con otra identidad, en Suiza o la república portuguesa. La justicia ya no será remendada, pero sí su integridad.
     Cuando estoy por gratificar su sentencia, entre sollozos, escucho un fuerte grito por detrás mío:
- ¡Lo tenemos, General! ¡Arroje el arma e inclínese hacia la pared!
     Se aproximan bruscamente tres soldados y recogen su rifle, un típico Tokarev SVT-38, como los que operaban los soviéticos pero con una bayoneta en su cañón. Mientras me apuntan a mí con sus armas, me entregan el rifle de Hans-Wittman y me ordenan acribillarle.
- ¡Hijos de puta! ¡No voy a convertirme en cómplice de la barbarie! -les endilgo en la cara-
     Uno de ellos, posiblemente su superior, me exhorta a enterrar la bayoneta en la espalda del General a cambio de mi libertad. Si yo no lo hacía, con seguridad ambos hubiésemos sido fusilados. Pensé, entonces, en que ésa era ahora mi única salvación. Empuñé firmemente el rifle y lo enterré en el único hombre que me veía como un ser humano. Lo abatí una y otra vez, hasta que escuché un lánguido suspiro de su último aliento de vida. Con las manos llenas de sangre, lo abracé desplomado en el suelo pidiéndole perdón. Los nazis me levantaron de los brazos y me arrojaron a la maleta de un Mercedes Benz negro. 
     Esa misma noche, hace dos años, cumplieron con lo pactado: me enviaron al sur argentino, donde todavía vivo, aunque controlado por jerarcas del régimen, lejos del holocausto. Logré mi liberación, pero cargaré durante toda mi vida con la perfidia de haber matado al Mesías de mi pueblo. Desde entonces, no hago otra cosa que seguir el ejemplo y el legado de Hans-Wittman: el trabajo hace libre. Trabajo para liberar más cautivos junto a un grupo de alemanes desertores y un manuscrito del General que devela el maravilloso secreto de su procedimiento. Ya le dimos asilo a más de trescientos judíos que comprendieron el contenido del mensaje oculto: sólo quien se da por vencido está perdido.


Por Matías De Rose

sábado, 6 de julio de 2013

Los Tetas, en movimiento

Los Tetas presentaron anoche un adelanto de su nuevo corte El movimiento en el Niceto Club de Buenos Aires ante una amplia convocatoria. Tras el éxito que originó su regreso luego de nueve años de separación, aterrizan en Argentina como parte de su gira internacional. Los detalles crónicos de una noche a la luz de la música.

Desde Buenos Aires
Por Matías De Rose
Otra vez en la ciudad. Foto: Niceto club.


     Durante los últimos días, el viejo Palermo de Buenos Aires lució más bien a Bellavista, Manuel Montt o a aquellas calles del nororiente santiaguino. La visita de Los Tetas provocó una vigilia espontánea de la colectividad chilena en territorio trasandino, que se desplegó durante horas ininterrumpidas a través de las transversalidades de la orbe porteña. Sucede que no es común que las bandas chilenas salgan a hacer carrera al exterior, y cuando lo hacen es motivo para pensar en una reivindicación de la disciplina del artista chileno, consolidado y dispuesto a atravesar esas barreras. Por eso es motivo de celebración.
     Una banda consagrada, sí. Pero con un presente que no descansa en lo ya logrado y eso es aun más meritorio. Anoche, Los Tetas dieron una exhibición de música presentando su nuevo single El movimiento. El ritmo del funk y del soul se impregnaba en las paredes cristalinas de la disco y se fundía con el fragor de la noche. El público recogió estos símbolos deambulantes y los hizo propios, haciéndose cargo del sentimiento de nostalgia que generó volver a ver a su grupo estando lejos de casa.
     Unas mil personas desbordaban el auditorio cuando comenzaron a sonar, a telón cerrado, unas inconfundibles armonías sintéticas. Arrancaron con un repertorio distinto al que acostumbran en Chile, muy digno para la ocasión. “Tea Time”, devenido en un decidido dramaturgo, contó una historia arriba del escenario. Hasta la interpretó de manera auténtica y verosímil. A lo largo del show, invocó sucesivamente a “Charly” García y dedicó sus palabras a los músicos argentinos. Aprovechó para distinguir que es "un orgullo tocar en este país, aquí está la historia del rock".
     En marzo pasado habían vuelto a visitar la Argentina después de dieciséis años. En 1997, presentaban su súbito Disco de Oro Mama Funk, compartiendo distintos escenarios nada menos que con los Illia Kuryaki and The Valderramas y los Enanitos Verdes. Es notable como la siembra de aquellos años floreció en una gran cantidad de público argentino que vitoreaba a la banda chilena. Una marea que agitaba largamente sus brazos pidiendo un poco más de esa medicina que Los Tetas elaboraron allá por los noventa.
     El EP que presentan en esta gira es una serie de temas inéditos y clásicos del conjunto, materializados en un sencillo llamado El movimiento. La fusión del funk, el soul y el hip-hop sigue latente con una sincronía casi perfecta. La consigna fue siempre tan simple de entender como difícil de realizar: “Sólo se trata de música”. De ese lema se desprende la identidad indivisible de esta banda y su comportamiento dentro de una atmósfera que pocos saben crear. Como si realmente sólo se tratara de música... Así de fácil.
     Los Tetas están otra vez en la ciudad. Hoy siguen su recorrido por el país trasandino en las ciudades de Córdoba y Rosario. Reflejan en cada acorde sus circunstancias y muestran un camino que invita a tanto artista consagrado de Chile a recorrer. Ya poco importan las distinciones, los adornados calificativos e incluso este relato. Qué más se puede agregar, si sólo se trata de música.

jueves, 13 de junio de 2013

Un instante para siempre

Sixto, Alida y un desencuentro.
     
     No logro recordar con precisión las perturbadoras noches en que apretaba, nervioso, mi cigarrillo contra el cenicero, mientras esperaba a que ella volviera a atravesar la puerta de nuestra casa en Konitsa. en la periferia griega cercana a la frontera con Albania. Pasaba las horas pululando del cuarto a la cocina y de la cocina a la ventana, deseando que los militares no la reconocieran. Sí recuerdo con rigor su maniática obsesión por el paso del tiempo. Macedónico, el galope de los días había arrasado contra todo diálogo entrañable entre Alida y yo. Ella era muy cauta. Podía pasar horas mirando un punto fijo mientras desfilaban por su mente, quizás, los más sombríos pensamientos. Llamé a mi buen amigo Ciro, que me concedió algunas horas de su insomnio para seguir planificando las emboscadas. Conocí a Ciro y a Alida en 1967, durante nuestra resistencia clandestina al régimen de los Coroneles. Yo venía provisto de antecedentes familiares en la lucha armada de guerrillas. Zenón, mi padre, había sido un agente expedicionario y sobreviviente del Ejército Popular Griego de Liberación que combatió la ocupación de las fuerzas del eje durante la segunda guerra mundial, pero lo fusilaron en 1950 cuando la guerra civil orquestada desde Norteamérica y las agencias británicas llegaba casi a su fin. Mi madre, Ofelia, una mazorquera analfabeta y alterada, enviudaba a cargo mío y mis atribulados diecisiete años. Desde aquel momento comencé mi batalla apartado en los suburbios de Elefsina, en el Ática occidental, dieciocho kilómetros al noroeste de Atenas. Heredé de mi padre su nutrida biblioteca (en ella convivían armoniosamente tomos de Sartre, Marx, Nicos Poulantzas y Platón), su fusil y el fuego interior de la lucha que había marcado su vida y su muerte.
     Cuando Ciro me detallaba el estratagema que había discurrido, buscaba tranquilizarme frente a la siempre cercana posibilidad de la muerte. Me repitió dos o tres veces: “Si algo te llegara a pasar, Sixto, yo cuidaré de Alida como si fuera mi hermana”. Su seguridad me dio una tenebrosa mezcla entre calma e incertidumbre. Cuando Alida regresó, me abrazó con lágrimas en los ojos. Sus dos segundos de silencio retumbaron en un abismo de tiempo indefinido. Me miró a los ojos acariciándome las mejillas con sus heladas manos de porcelana y me besó la frente. Entre el estertor de la noche y la llegada del alba a través de las nubes del otoño, dormimos juntos sobre el trigo del molino de Don Lisandro, el padre de nuestro amigo Ciro. Nos despertamos repentinamente a las horas, con un estruendo inconcluso que se asemejaba a un disparo. Se vistió con mi cardigán gris y nos llevó a caminar a través de un lúgubre sendero empedrado, rodeado por casas de ladrillos y techos bajos, que desembocaba en las montañas de Épiro. Allí, Ciro nos tomó una fotografía con una antigua pero bien conservada cámara Contax-s. Noté un adiós en su mirada anémica y melancólica. Al intuir en su semblante un grito desesperado, sólo atiné a preguntar por qué. Me respondió, con pesadumbre y solemnidad de réquiem, que no soportaba el paso del tiempo encerrada y que no era saludable para ninguno de los cuatro. Tras notar mi desconcierto, me dijo que esperaba un hijo de Ciro y que se irían ambos a comenzar una nueva vida a Yugoslavia. Quedé atónito por la desolación y la dejé ir sin querer escuchar más nada. Para mí el mundo y la lucha clandestina habían llegado a su ocaso.


     El último recuerdo que me dejaron fue esta fotografía. Nadie fue testigo de ese desencuentro, salvo por los dos militares infiltrados que aparecen por detrás nuestro, a la derecha de la imagen, que nos tomaron por sorpresa con una ráfaga de tiros que dieron en el cuerpo de mi amada y su amante con impacto certero. Yo logré escapar de ese lugar, pero jamás pude hacerlo de ese instante.


Por Matías De Rose

miércoles, 17 de abril de 2013

"Vamos, que todo duele, viejo Discepolín"

Artículo publicado en el ejemplar "Domingo" de la escuela de periodismo Tea y DeporTea, por el 60 aniversario de la muerte de Enrique Santos Discépolo (23 de diciembre de 2011).
                                                                                                                                                                 
Hoy (por el 23 de diciembre) se cumplen 60 años de la partida de una de las figuras más relevantes de la cultura arrabalera porteña y la identidad argentina. Por ello, Atilio Stampone, el pianista y compositor que produjo la música para la obra teatral “Discepolín”(1989) analiza la marca imborrable que dejó Santos Discépolo en la galería de los talentos.

En el cafetín de Buenos Aires. Ilustración: Jorge Cosenza.
     "Voy a estar en el grillo de tus noches, en la canilla que gotea, en el ropero que cruje a medianoche, en el humo final del pucho que apretás rabioso contra el cenicero, en el 'chas-chas' del cinc cuando llueve, en todos los pequeños ruidos de la obsesión, allí voy a estar, persuadiéndote”. A un siglo de su nacimiento y sesenta años de su muerte, Enrique Santos Discépolo sigue más vivo que nunca: dejó su nombre estampado en las solemnes vitrinas de la identidad cultural argentina. El núcleo de su obra sigue apelando a la angustia del hombre moderno y a las trivialidades de la civilización de su tiempo: un baile de máscaras entre su sórdido suburbio y la sociedad de la década infame; sin buscarlo, Discépolo se transformó en el cronista del realismo universal.

     “Hablar de Discépolo es hablar sobre qué representó en la cultura, pero no solamente nacional y popular”, aclara Stampone. “Es una de las mejores figuras que dio este género; escribió obras de teatro y películas, es una figura de una dimensión no común en un personaje y creo que fue, si no la figura más importante de la cultura argentina, una de las mas relevantes”, añade.
     Desde los albores del candombe, la habanera, el tango andaluz y la milonga, se gestaba la formación del tango y la Argentina moderna. Los ciclos subsiguientes de la órbita secular quedaron marcados por modalidades tradicionalistas e innovadoras que corresponden con las distintas características de sus creadores, poetas urbanos que exploraron las vicisitudes del amor y los conflictos de una sociedad convulsionada.
     En este escenario aparece Santos Discépolo, provocando una verdadera ruptura de los patrones existentes en el tango hasta ese momento, con una filosofía mucho más desesperanzada y escéptica de la vida y el destino del hombre. “Fue un revolucionario por su lenguaje, no tiene nada que ver con ninguno de los que escribieron tango antes ni después. Pero también fue profético: 'que el mundo fue y será una porquería'. O él lo interpretó antes que otros y sintió que era así”. Para el tanguero, actual presidente de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), la figura de Discépolo representa una de las piezas fundamentales de la literatura.
"La cultura y la literatura están en deuda con Discépolo". Foto: SADAIC
    “Cambalache está fuera de contexto, sólo un talento así puede escribir eso; pero sus últimas letras cambiaron. Cafetín de Buenos Aires -letra que escribió con Mariano Mores- no tiene nada que ver con el Enrique Santos Discépolo anterior. Creo que él se adaptó a Mores -o Mariano se lo habrá pedido a él- porque Enrique podía haber dicho las cosas que dijo en Cafetín de Buenos Aires con el lenguaje discepoliano. Sin embargo no hay ni una de sus palabras características”, analiza el pianista y agrega: “Varios tangos de su última época están en ésa línea”.
     “Con tu lágrima amarga y escondida, con tu careta pálida de clown y con ésa sonrisa entristecida que florecen en verso y en canción”, acorralado por un cáncer y ya sin esperanzas, Homero Manzi definía con romanticismo bucólico la figura de su viejo amigo ”Discepolín”.“Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca?” -se cuestionaba- “Te duele como propia la cicatriz ajena”.
     Es que en su afán por dejar testimonio de una vida y un tiempo insoslayable, utilizó su lenguaje como un puente entre la civilización y una cultura que resume la vocación estética del individuo de la época y, acaso, su sensibilidad como un ser comunitario. Generó con su talento inclasificable una avalancha multicultural que se afianzó en el imaginario colectivo.
     Será por eso que sus exégetas lo clasifican de “revolucionario”o “profético”, si alcanza con apreciar con asombro la vigencia de su célebre Cambalache, la misma obra -anacrónica, para aquel entonces- que ilustra la realidad de un mundo que fue y será una porquería, hasta el despliegue de maldad insolente del siglo XX. Tanto realismo había en ésas líneas, que fue censurada la canción en 1944, cuando Gustavo Martínez Zuiviria, ministro de Educación de la dictadura militar encabezada por el General Edelmiro Farrell, lanzó una campaña de prohibición de las letras de tango más desnudas y lunfardescas. La medida fue derogada años posteriores por Juan Domingo Perón.
Destacado también como cineasta y actor de teatro. Foto: Archivo
   Perón escuchaba a Enrique y esencialmente había medido con precisión la capacidad que tenía para expresar el sentido común de los argentinos. Ese Discépolo que pretenden desfigurar dijo: "Me di de corazón a un pueblo, porque los pueblos no engañan nunca y devuelven, como la tierra, un millón de flores por una semilla seca". 
     Sus tangos se adhirieron definitivamente a la memoria cultural argentina por sus hallazgos lingüísticos, por la violencia de su lenguaje. Con su estilo desmesurado, Discépolo ingresa en una zona visceral de la comunicación. Por eso, algunos lo definen como“Discepolismo”, en representación de una corriente filosófica, universal, humanista y trascendente.
     Stampone estima que “la cultura y, en especial, la literatura argentina, están en deuda con él. Todavía no le dieron a Discépolo el lugar que representa en el siglo XX, no sólo como letrista de tango sino como personalidad fundamental de la cultura nacional ¿Quién hizo cine o teatro como Discépolo, quien escribió tangos como él, quién fue actor como Enrique? Son esos genios que aparecen una vez por siglo o ni aparecen”.
     “La gente dice que era un gran intuitivo. A mí me parece que era algo más.”, desafía Stampone- “Porque sino: ¿Cómo cambia su lenguaje después? La letra de Uno, me decía Mariano Mores, la escribió él sólo; pero no la terminaba nunca. Es inmenso ese tango por la cantidad de compases que tiene, es largo y grande en extensión. Discépolo decía que estaba trabajando en eso, pero no hay rastros de su lenguaje”.
    En palabras de Arturo Jauretche, Enrique era un "maldito". Con ésa definición designó a aquellos argentinos “condenados al silencio y al olvido por la superestructura cultural manejada por la clase dominante y productora de zonzos en serie”. Un maldito que escribió ensayos filosóficos en tiempos de tango y para todos los tiempos. Es, Discépolo, el mayor filósofo popular argentino del Siglo XX.


Por Matías De Rose

jueves, 28 de marzo de 2013

Mi amigo el Che

Informe audiovisual: entrevista a Carlos "Calica" Ferrer, amigo de la infancia de Ernesto "Che" Guevara.



VER VIDEO:
Mi amigo el che ("Calica" Ferrer)

Producción, conducción y musicalización: Esteban Fitor y Matías De Rose.
Equipo de filmación: Nicole Ferreyra, Mariano Gavira, Federico Frau Barros y Luis Flores. Escuela de periodismo Tea y DeporTea.

sábado, 2 de febrero de 2013

El verano se tiñó de funk

Cerca de mil espectadores dijeron presente anoche en el festival Verano Funk, que reunió a cuatro joyas de la escena musical chilena: Tiro de Gracia, Ana Tijoux, Los Tetas y Chancho en Piedra.

     La discoteca Kmasú Premiere (ex Cadillacs) abrió sus puertas a las 21 horas de una noche calurosa. Mientras ingresaba una larga fila que se extendía a los cien metros de largo por la avenida Blanco Encalada, los artistas deambulaban por el hall del auditorio con total libertad sin que nadie los molestase. De a poco, la entrada que conducía a la barra se iba atestando de consumidores que, por el momento, estaban más atentos por el precio de la cerveza que de cualquier otra cosa. Pese a la falta de ventilación del lugar anfitrión, los concurrentes ya se iban acomodando, palpando en el ambiente la real magnitud de lo que estaban por presenciar. 
Juan Sativo y su Tiro de Gracia. Foto: Oscar Ordenes.
     Pasadas las 22 horas, Tiro de Gracia saltó a escena con su inagotable Juan “Sativo”, acompañado por Sebastián Abrigo y Nick “Calaveras”. Durante una hora de show realizaron un enérgico set de música soundsystem en el que repasaron clásicos de la banda como Melaza, Sueños, Bebedor, Chupacabras, Corsario Universal y Nuestra fiesta, con la presencia de “Tea Time” (Camilo Castaldi), vocalista de Los Tetas. A “Sativo” se lo vio inspirado, reflexivo y en un gran nivel interpretativo. "Tenemos que apoyar más a los artistas nacionales", disparó el MC y se despidió con humildes agradecimientos.
     El orden de los grupos fue completamente acertado. Se vio un show que trascendió de manera ascendente, tanto por el elevado nivel musical como por la vehemencia del público. Quizás lo único lamentable fue el sonido de la disco Kmasú, que sufrió acoples en varios pasajes sumado a una mala ecualización de los bajos cuando se reproducían las pistas musicales.
La ex Makiza explotó el auditorio. Foto: Oscar Ordenes.
     Tras un breve receso, el presentador del evento anunció la llegada de una mujer franco-chilena nacida en 1977. Ya todos sabían que se trataba de Ana Tijoux, cuyo gran presente artístico le valió la nominación al Grammy latino en la categoría "Mejor álbum latino de rock". Entró en escena provista de un voluptuoso embarazo, el cual no le impidió desplegar todo su talento. Sus movimientos suaves se contradecían con sus líricas explosivas, condimentadas de una gran profundidad emocional. No dejó de lado su habitual compromiso social y exhortó a sus fanáticos a seguir movilizándose por "el fin del lucro a la educación". La ex Makiza se despidió con el completo reconocimiento del público, al compás de una fervorosa ovación.
Tea Time penetró en la euforia colectiva. Foto: Oscar Ordenes.
     Para ese entonces, los tiempos previstos para el comienzo de Los Tetas se retrasaron unos cuantos minutos. Eran cerca de las 24 horas cuando C-Funk y los suyos pisaron la tarima para hacer delirar a los nostálgicos de la época dorada del funk de los '90 con joyas como Funky Muchacha, La Medicina y Corazón de Sandía. Un “Tea Time” histriónico, divertido y movedizo se mostró muy en conexión con el público y desplegó toda su experiencia arriba del escenario. Qué decir de sus músicos, ubicados en un nivel insuperable de virtuosismo y elegancia. "La música puede sonar suave y llega igual. Se transmite por los oídos pero también por la mente", lanzó Camilo, describiendo perfectamente la química que se estaba generando entre la banda y sus seguidores. Los Tetas demostraron que están más vigentes que nunca y que tantos años de separación fueron apenas un pequeño bache en su camino.
     Cuando parecía que el evento ya había sido conceptualizado como mítico y los espectadores ya se daban por satisfechos, Chancho en Piedra terminó batiendo toda la adrenalina que el auditorio había guardado para el cierre del show. La legendaria banda chilena hizo un repaso por sus grandes hitos que hicieron saltar y cantar a cientos de personas durante toda la hora de concierto. Fue, sin dudas, el broche de oro que merecía un evento de esta envergadura.
Chancho en Piedra, el broche de oro. Foto: Oscar Ordenes.
     Lo que pasó anoche seguramente no pasará inadvertido. Cuatro pesos pesados demostraron que hay terreno musical en Chile, y para rato. Está en los productores y organizadores de espectáculos recoger la cosecha de este evento para repetirlo una y mil veces más. Por las generaciones pasadas, presentes y futuras. Porque, más allá de los géneros, existe una triunfadora inexorable que pide pista a sinfonía limpia. El premio, anoche, se lo llevó la música.

Por Matías De Rose.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Todo a pulmón

Artículo publicado en la revista Cadena del cuero (marzo de 2013).

Autogestión y economía social

Las cooperativas de calzado Püporé y CUC, revelan el crecimiento del sector de un importante método de producción social que se asoma como una alternativa laboral sustentable. ¿Qué son las cooperativas y cuáles son sus principios? Beneficios y controversias.

     La década de los noventa en la Argentina, signada por la orientación del papel del Estado en las doctrinas del neo-liberalismo que privilegiaron un régimen de privatizaciones de las empresas públicas, trajo como consecuencia un alto nivel de desindustrialización y desempleo a nivel nacional. Tras el estallido de la crisis en el año 2001, aunque con casos anteriores a esa fecha, los trabajadores comenzaron un proceso de reorganización de sus puestos de trabajo, en defensa de sus fuentes laborales y como respuesta al vaciamiento de las fábricas. En el proceso de recuperación de sus industrias y de organización democrática de cooperativas autogestionadas, la lucha y movilización planteada por los trabajadores fue logrando el avance de sus reivindicaciones.  

Dejando huellas”

Reyes Guerrero (derecha) - Foto: Paula Surraco.
     La cooperativa de trabajo Püporé es un emprendimiento textil y de producción de calzado del barrio de Laferrere, partido de La Matanza, especializada en la confección de prendas textiles como camperas, zapatos y borcegos. Nació en 2006 a partir de la iniciativa de un grupo de trabajadores que practicaban el oficio y decidieron unirse. “Somos 60 compañeros que desde hace casi siete años transmitimos los valores de la solidaridad para con los compañeros y la importancia de la igualdad de condiciones”, señala Reyes Guerrero, trabajador de la cooperativa desde sus comienzos.
     De esta manera, empezaron a organizarse incorporando la dinámica de la economía planificada y el trabajo en equipo sumando nuevos integrantes: generalmente jóvenes que desean introducirse en el rubro textil industrial. El primer paso consiste en desempeñarse seis meses como aspirante a socio y luego se decide su inclusión definitiva como miembro de la cooperativa.
     Sintetizando el espíritu de su iniciativa, Reyes Guerrero explica que “Püporé, en guaraní, significa 'dejando huellas'. Ese es nuestro compromiso moral y el de los principios de la cooperativa, ir sembrando buenas acciones. Dejar conocimiento de lo que puede hacer la gente para crear un mundo mejor”.
     Para lograr este desafío, Guerrero revela: “actualmente estamos capacitando a muchos chicos que se acercan a aprender sobre el oficio”. Y reconoce que el objetivo que se plantearon es “poder dar cursos de diseño de calzado e indumentaria. Queremos ofrecer un aprendizaje abierto al barrio, donde hay unas 1300 viviendas. Queremos apuntar a que los jóvenes aprendan sobre el oficio y que puedan salir al mercado”, analiza.
     Según el sitio oficial del Ministerio de Desarrollo Social, fue mediante el Plan Argentina Trabaja que Püporé recibió un subsidio para adquirir materia prima y ampliar la producción. Sin embargo, Reyes asegura que, si bien recibieron las subvenciones para la construcción de la fábrica, les siguen faltando capitales para tener stock de mercadería.
     La incidencia estatal plantea un cuestionamiento, en este caso, sobre una posible violación a los principios del cooperativismo: ¿Hasta dónde llega la autonomía y la independencia de estas fábricas? ¿El papel del Estado no altera el control democrático de los socios? En simultaneo, esta coyuntura evidencia una disputa por el criterio del otorgamiento subsidiario, denunciado por parte del arco opositor y varios movimientos políticos y sociales como un acto de corrupción y clientelismo (ver recuadro “Argentina no trabaja”).


Cooperativa Púporé.
Contacto: Reyes Guerrero (4698-2210)
                                                                                                                                                                                          

Cronología de una recuperación

CUC cuenta sólo con una línea productiva Foto: Daniela Castro
     La Cooperativa Unidos por el Calzado (CUC), es un ejemplo de fábrica recuperada por sus trabajadores, autogestionada por ellos desde el año 2003. Se encuentra en el Partido de General San Martín (identificado como el primer cordón industrial del conurbano bonaerense), en lo que era la “Planta 1” de la ex firma Gatic, una de las empresas productoras de calzado e indumentaria deportiva más importantes de todo el país. Llegó a tener más de veinte plantas de producción en las provincias de Buenos Aires, La Rioja, Córdoba y Corrientes, contabilizando alrededor de 7200 trabajadores en sus épocas de mayor actividad. Incluyendo calzado, indumentaria y accesorios, Gatic llegó a facturar 320 millones de dólares al año. Los trabajadores llegaron a vivir una cierta bonanza económica, que se fue perdiendo paulatinamente durante la década del noventa como consecuencia de la apertura indiscriminada del mercado local, la crisis económica del país en general, un endeudamiento feroz y errores de gestión cometidos por sus directivos.
     La gestación de la cooperativa pasó por varias etapas. En el año 2000, la familia Bakchellian cede la dirección de la empresa a otras personas y se retira, en un contexto en donde los trabajadores venían tolerando el atraso y reducción de sus salarios. Hacia fines de 2001, el nuevo directorio decide despedir a todos los empleados de Planta 1 y se llevan las máquinas a una sede ubicada en Pilar. Entonces los trabajadores (con la ayuda de familiares y vecinos) montan una carpa en la calle, frente a la fábrica, durante casi un año. Hacia mediados de 2002, ya constituidos en una cooperativa de trabajo, arman un plan de negocios con la idea de trocar su deuda salarial por máquinas y montar una fábrica en un predio que les sería cedido en José León Suárez.
     En ese momento vuelve a cambiar la conducción de Gatic. Se reabre Planta 1 y se toma a todos sus empleados otra vez. Sin embargo, comenzarían a sucederse una serie de dificultades, entre ellas la pérdida de la licencia Adidas. Hacia septiembre de 2003, los trabajadores ven demorarse los pagos nuevamente y, cansados de volver vivir la misma historia, un mes después deciden tomar la planta. Desde entonces, el cuerpo de trabajadores quedó compuesto por obreros de la ex Gatic y nuevos miembros: jóvenes que recibieron capacitaciones en los diferentes oficios que involucra a la planta y fueron incorporándose a la cooperativa.
     El momento de la autogestión productiva comenzó a partir de 2004, cuando el juez, que dejó el edificio, las máquinas e instalaciones bajo el cuidado de los trabajadores, los autorizó a producir. Unos meses después, lograron la expropiación por un período de cinco años, superando al fin la batalla legal.
Recuperar la dignidad 
Cuerpo de trabajadores de CUC - Foto: www.diazcortez.com.ar
     La cooperativa Unidos por el Calzado comienza con la toma de la fábrica por 260 ex-empleados; "hoy en día está conformada por 80 o 90 trabajadores", asevera Juan Carlos Gómez, socio de CUC. Desde hace casi un año, dejaron de disponer de una gran parte de sus máquinas que se encuentran fuera de servicio. Por ello, no están realizando capacitaciones ya que no consiguen las subvenciones necesarias para ampliar su maquinaria: "Estamos pidiendo los subsidios pero no hay respuesta", agrega Gómez. Cuentan con una sola línea de producción, en donde fabrican entre 200 y 250 pares de zapatillas por día; es decir que están muy por debajo de la capacidad productiva de la fábrica (llegaron a ser tres líneas).
     Desde su lanzamiento en el recuperado hotel Bauen, CUC tiene un fuerte vínculo con la comunidad de San Martín. Se decidió, mediante asamblea, mantener en funcionamiento un jardín maternal que brinda servicios a los asociados y vecinos de la localidad. Gómez cuenta que "el proyecto fue declarado de interés público por el Consejo Deliberante de la municipalidad". Además, se permitió la instalación de una radio comunitaria que se había quedado sin lugar físico para transmitir y la construcción de un centro cultural, en donde trabajan con menores que han tenido problemas penales. También se desarrolla un curso de aprendizaje de instrumentos de percusión como en otros momentos se dictaron talleres de baile y de idiomas.

Cooperativa Unidos por el Calzado (CUC)
Contacto: 4116-4693 (Juan Manuel Gómez)

                                                                                                                                  

Argentina no trabaja

     Sergio Bertaccini, integrante del Movimiento Territorial Liberación Rebelde, viene denunciando desde hace algunos años, junto a otras estructuras de base, las malversaciones del Estado con los fondos del Plan Argentina Trabaja: “El tema del clientelismo es parte de cómo está armado el programa. Está diseñado para las organizaciones que están con el gobierno nacional. Se ha implementado en algunos municipios y provincias de los gobernadores e intendentes que son afines al Frente para la Victoria (FpV), y eso es una forma de contención social.”, manifiesta.
     En la misma línea, certifica que “de los municipios que no cierran filas con el gobierno nacional, ninguno es beneficiario de este plan. Hubo mucha resistencia de los movimientos sociales y de la oposición. Este es el punto principal, los parámetros con los que se elige a los beneficiarios y el control que se hace sobre el manejo de recursos de los intendentes”. Según Bertaccini, “el que manejó todo en sus comienzos fue Sergio Berni, quien hoy es ministro de Seguridad, ex cara pintada, un tipo nefasto”, exclama.
     Además, explica que “cuando se planteó el ingreso de 1200 pesos era una suma más importante. Hoy eso es el equivalente a un Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, si lo comparás con el primer momento y el valor del dólar. Eso no le alcanza para sobrevivir a ninguna familia, es claramente asistencial”, afirma y amplía: “La denuncia corre tanto por el manejo de fondos de los intendentes como por el anexo a la planta de trabajo. Porque, de hecho, quienes dependen directamente del municipio son los que suplen a los trabajadores de planta. Y las cooperativas armadas por las organizaciones que tienen contratos de trabajo, que hacen tareas municipales, también son parte del entramado. Corresponde a la propaganda política que se hace alrededor del tema, generalmente antes de las elecciones”.


*Sergio Bertaccini (Movimiento Territorial Liberación Rebelde)*
Contacto: 15-5771-3018


Por Matías De Rose.



lunes, 15 de octubre de 2012

En la cima de la fe

     Son las cinco de la tarde y el sol me está pegando en la cráneo desde que salí, cerca del mediodía, de la casa en donde estoy alojado. De tantos años que vengo de visita, esta vez decidí recorrer las calles del centro de Santiago de Chile en bicicleta. Las veredas de Providencia, pulcras y prolijas, con sus bicisendas y disciplinado tránsito, me van llevando de un lado hacia otro, como invitándome a recorrer una travesía. Me voy cruzando con peatones, carabineros, skaters, personas que salen de sus trabajos con cara de querer disfrutar del verano en las playas que tienen a tan sólo dos horas de viaje. Hasta ahora, no más de lo que podría ver en la rutina de Buenos Aires. Pero sigo recorriendo la ciudad y hay algo que no puedo dejar de notar: desde cualquier punto de esta perla crepuscular en donde yo transito, puedo ver, imperturbable, a la Virgen María. Me mira y me llama con su voz y su mirada. Comienzo a pensar si serán mensajes divinos que aparecen por mi condición de ex creyente o si súbitamente me estaré volviendo loco. Ella está en la cumbre de una enorme montaña tupida que a partir de ahora me empieza a atrapar como por una suerte de hipnosis. Sin titubear, me dispongo a cambiar mi recorrido hacia esa dirección.
2da Jornada Concurso por el Cerro San Cristóbal (2010)


- “Es el santuario de la Inmaculada Concepción”, me comenta el boletero del cerro San Cristóbal acerca de esta enorme estatua blanca de la Virgen ubicada en su cima, a 863 metros de altura sobre el nivel del mar.
     Empiezo a sentir que una especie de señal me trajo hasta acá cuando me cuenta que el nombre de esta famosa montaña proviene de San Cristóbal de Licia, patrono de los viajeros.
Anterior a la llegada de los colonizadores españoles a Chile, el lugar donde se encuentra el santuario era venerado por los aborígenes, el cual denominaban "Tupahue", que significa "Lugar de Dios". Por lo que voy notando, muchas personas llegan hasta allí con el propósito de iniciar un peregrinaje, congregarse en actos religiosos u honrar a sus muertos. Hay distintas maneras de ascender hasta allá. Yo ya estoy con mi bicicleta y sigo en mi plan de conocer mientras hago actividad física. No me percato de lo peligroso que puede ser escalar más de 800 metros con una bicicleta plegable. Pero tengo tantas ganas de subir que ni siquiera pienso en la bajada. ¿Qué es lo que me tienta tanto? ¿Por qué voy atolondradamente y ya sin aire a conocer algo que nunca me interesó? A medida que voy escalando metros, esta pregunta se va tornando más incisiva y odiosa en mi cabeza: ¿Qué estoy haciendo? ¿A dónde voy?
     A los primeros 200 metros recorridos cuesta arriba ya estoy deshecho. Hace unos minutos que vengo pensando en abortar mi misión, si es que tengo alguna. Decido frenar para refrescarme y me acerco a un grupo de cuatro o cinco señoras católicas que posan detrás de un casero mostrador de madera laminada en un pequeño valle junto al camino. Me acerco y veo que venden estampitas de algunos santos célebres y fotos del ex Papa Juan Pablo II. La  mayor de ellas, muy rubia y arrugada, me mira con una sonrisa serena y me regala la foto del ex sumo pontífice. Me dice que puedo continuar mi camino a la cima iluminado, ya que el santuario hacia donde me dirijo había acogido a Juan Pablo II cuando bendijo la ciudad en su visita de 1987. Le agradezco por el dato y la foto y me aparto hacia un lado, tomo agua de un bebedero junto a una banquina que da a un panorámico paisaje: desde acá las casas se ven pequeñísimas. Vuelvo a montar en la bicicleta y pedaleo con más confianza y decisión que con la que venía haciéndolo.
Ya no me pregunto más qué estoy haciendo. Aquella teoría propia de que mi presencia en esta roca gigante corresponde a una señal divina, es un hecho certero por entonces. Todo conduce a que deje mi ateísmo de lado y que cuando llegue a la copa del cerro le pida perdón a aquella Virgen que me llamó cuando yo todavía estaba perdiendo el tiempo por ahí, por haber desconfiado de toda su familia. Pero este delirio místico duró hasta que volví a ver por una banquina, ya por la mitad del recorrido, y todo era tan insignificante: yo, las pequeñas casas de papel, la religión y nuevamente mi motivo en la escalada. “¿Qué carajo hago acá?”, me vuelvo a preguntar, ahora en un sentido más filosófico. Me muero de sed, de cansancio y sinceramente no me interesa ni la Virgen Inmaculada ni las sonrisas de los turistas ni los feligreses del San Cristóbal.
      Finalmente llego a lo que vendría a ser una antesala al santuario, a exactamente 100 metros de la cima. Se multiplica drásticamente la cantidad de aventureros: muchos niños corriendo de acá para allá, turistas europeos, viejos acartonados tirados panza arriba, familias probando las delicias de un inédito restaurant a la vera del vacío. Para mi felicidad (o desgracia, no lo sé) me encuentro... ¡conmigo mismo! Había escuchado que le pasó lo mismo a Horacio Ferrer y hasta a Pablo Neruda, y a ninguno de los dos le ocurrió en un momento feliz de su vida. Ya me empieza a cerrar todo, a estas alturas soy un filósofo de amplia trayectoria. Él (mi otro yo) es un pibe como de mi edad, chileno como tantos otros que habitualmente van a pasar el fin de semana al San Cristóbal (¿para qué?). Físicamente es casi lo contrario a mí: estatura más bien alta, los músculos de su torso y brazos bien marcados y piel trigeña. Le pregunto qué hace acá. Sonríe tímidamente y me contesta con una repregunta igual: “¿Y tú que haces aquí?”. Realmente todavía no sé qué hago acá, le respondo. Quizás ése sea mi dilema trascendental. Saber qué hago acá, o allá, o en ningún lugar, pienso resumidamente. Saco mis cigarrillos y le pido fuego. Me dice, con razón, que encienda uno cuando termine de subir: los últimos 100 metros son una empinada cuesta arriba.
- “Cuando estés bajando, si es que no te das cuenta antes, le vas a encontrar el sentido al cerro”, profetiza este ignoto mortal, que para mí ya es como la mismísima Virgen. No sé por qué, pero cruzarme con él me da muchas más fuerzas para seguir. Me paro frente a la recta final. La miro y la estudio. Hasta le hablo y la maldigo. Y ahí voy de nuevo. Pedaleo, escalo, trepo hasta con la bicicleta en andas porque hay hileras de infinitos escalones. ¿Tan tortuosa tenía que ser la visita a “Su Santidad”?
     Subo el último escalón y termina mi sufrimiento, pero veo el de los demás. Unas veinte o treinta personas arrodilladas en el cemento prenden velas a los sepulcros de las cenizas de sus seres queridos, en un memorial que pertenece a una funeraria. Camino unos diez metros más y me topo por fin con el Anfiteatro de la Inmaculada Concepción. Nunca me sentí tan ínfimo en mi vida. Al lado del ícono de la ciudad: una Virgen María de 14 metros de alto parada sobre un pedestal de 8,30 metros y un peso de 36 kilogramos. Desde acá puedo ver la cordillera de los Andes y una panorámica de toda la ciudad de Santiago tapada por smog. Lleno de adrenalina, alzo mi bicicleta frente al abismo, como si hubiera ganado el trofeo a la fuerza de voluntad. La escena es de tal vitalidad que los adolescentes que están ahí sacando fotos empiezan a capturar imágenes mías. Inmediatamente dejo de sentir cansancio y me invade una sensación de plenitud. ¡Ya sé qué hago acá! Me acuerdo en este momento de mi otro yo y me río como un loco. Tenía razón, me doy cuenta ahora que todo valió la pena. Que puedo estar acá o allá pero que lo importante es ir, atreverse. Estoicamente y contra cualquier pronóstico o prejuicio. Saco de nuevo los cigarrillos de mi bolsillo y sin dudarlo se los regalo a los chicos que sacan fotos. Acabo de empezar a superar mi adicción a la nicotina, a pura fuerza de voluntad, la madre de todo ímpetu valiente.
     Desde hace ya más o menos 20 minutos que estoy descendiendo peligrosamente del cerro a unos 40 kilómetros por hora sobre esta bicicleta plegable, que ahora se parece más a una moto o a un caballo troyano. Qué curiosos los designios del destino. De un momento cualquiera para otro, un simple impulso me conduce a un baño espiritual en los manantiales más recónditos y desconocidos de una montaña, o de mi propia imaginación. ¿Qué clase de eventos místicos puede tener la vida? Qué curioso salir en busca de nada y encontrarme conmigo mismo.

Por Matías De Rose.

martes, 21 de agosto de 2012

Ecobolsas con cronograma

Artículo publicado en la revista Cadena del Cuero.


En zapaterías y marroquinerías de la Ciudad

Las bolsas biodegradables ya tienen plazo

Finalmente, la norma impulsada por el gobierno porteño para reemplazar a las bolsas plásticas por otras de material biodegradable, cumplirá su propósito recién en el 2014. Hay polémica por su verdadera influencia en el medio ambiente.

     El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires viene impulsando desde el 2009 la reglamentación de la ley 3147, que prevé una concertación de políticas con el sector del calzado y la marroquinería -entre otros rubros comerciales- con el fin de incentivar la manufacturación de bolsas y sobres sustentables para el medio ambiente que entreguen a los consumidores finales con motivo de cada venta. Se trata del "Plan de Reducción de Bolsas y de Sustitución de Sobres No Biodegradables", cuya instrumentación se estimaba para principios de agosto, aunque finalmente los sectores emplazados en la normativa tendrán tiempo hasta el 2014.
     Para cumplir su propósito, es necesaria la reconversión de las industrias del plástico involucradas en la producción actual de bolsas de polietileno y polipropileno hacia la producción de bolsas confeccionadas utilizando plásticos biodegradables (es decir, elaboradas a partir de la materia prima proveniente de residuos orgánicos naturales). Deben reemplazarlas por, al menos, 80 por ciento de papel reciclado, papel certificado o derivado de la caña de azúcar.
     Cabe señalar que, actualmente, no existe en Argentina una industria de bolsas plásticas biodegradables fabricadas con materia prima local con capacidad suficiente como para abastecer a la totalidad del mercado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (estimado en más de mil millones de bolsas plásticas no biodegradables utilizadas por año), razón por la cual en ciertos casos no resulta posible, en esta instancia, determinar un cronograma de reemplazo a muy corto plazo de todas las bolsas no biodegradables que se entregan en la ciudad.
     Por eso los comercios en cuestión deberán reemplazarlas con un margen de tiempo más flexible. Para el 1 de enero del 2013, deben ser sustituidas el 25 por ciento de las bolsas no biodegradables. Un año después, ese porcentaje debe aumentar al 50 por ciento del stock. Y finalmente, la fecha en la que no se podrán repartir más bolsas no biodegradables se impuso para el 7 de octubre de 2014. 

Los plazos
-El 9 de octubre comenzará a implementarse en super e hipermercados.
-En los comercios en general se efectivizará en el 2013 (* porcentajes de reemplazo de bolsas biodegradables por fecha)
*1 de enero de 2013 (25 por ciento)
*1 de enero de 2014 (50 por ciento)
*7 de octubre de 2014 (100 por ciento)
Sobres no biodegradables: su reemplazo será obligatorio desde que se publique su resolución

Fuentes:
Diario La Nación.
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Polémica alrededor de su utilidad

     Según la Agencia de Protección Ambiental -autoridad de aplicación de la ley-, ya existen mecanismos de certificación para controlar, entre otros factores, que su producción no promueva la deforestación de bosques nativos. De hecho, promoverán campañas de concientización medioambiental para los consumidores en cada comercio que se acate a la nueva norma.
     No obstante, según expertos de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) -Gobierno de la Provincia de Buenos Aires-, el proceso de fabricación del material biodegradable es mucho más contaminante que el anterior y, si bien estas nuevas bolsas generan un 95 por ciento menos de emisiones de dióxido de carbono que las fabricadas con derivados del petróleo, hay que tener en cuenta que su materia prima son vegetales cultivados destinados a la producción de alimentos, algo que no solo produce un costo ecológico, sino que también, como sucede con los biocombustibles provenientes de cultivos energéticos (soja, maíz, etcétera), la demanda por su consumo masivo puede generar una nueva competencia por el suelo. Esto resulta peligroso ya que podría afectar la oferta y los precios, con su consecuente impacto en la industria alimenticia y en el acceso a los alimentos para el público en general.
     Por otro lado, presentar a las bolsas biodegradables como una solución al problema promueve continuar con el consumo irresponsable de las mismas. El uso y descarte de las bolsas de plástico es parte de un problema mucho mayor que necesita ser solucionado previamente, antes de que la biodegradabilidad de las bolsas juegue un papel realmente útil y positivo.
     Según constata la ONG Greenpeace, “en Argentina los residuos sólidos urbanos son confinados en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto. En este contexto, la prohibición de las bolsas de plástico comunes y la promoción y exigencia de bolsas biodegradables no tiene ningún sentido”. Asimismo agrega que “mientras no se avance en programas de separación domiciliaria de residuos, recolección diferenciada, reciclado y compostaje, la solución de las bolsas biodegradables es poner un sello 'verde' a algo que no lo es”.
     Lo cierto es que existe una ausencia de políticas y programas de reciclado y recuperación de materiales, que no presentan ventajas ambientales si son dispuestas en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto. La utilización de bolsas biodegradables sirve para contener la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, con el fin de destinarla al compostado, por ejemplo, tal como lo establece la incumplida Ley de Basura Cero de la Ciudad de Buenos Aires.
     De manera que, mientras no se avance en la separación domiciliaria de residuos, las bolsas biodegradables terminarán junto con el resto de los deshechos en rellenos o basurales donde la degradabilidad pierde todo sentido ya que los rellenos están pensados como depósitos de basura y, debido a las condiciones de los mismos, los procesos de degradación ocurren mucho más lentamente.

Por Matías De Rose.

miércoles, 27 de junio de 2012

Gabriel Boric: "Nuestra pelea no es solamente por la calidad de la educación"

Desde Santiago de Chile
    El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Gabriel Boric comienza el 2012 en pleno período de reflexión. Luego de la última movilización masiva de marzo, advierte mayor articulación con otros sectores socioeconómicos.

Por Matías De Rose


"Tuvimos que sacar 250 mil personas a las calles para que la clase política identificara que hay un problema". Foto: diario La Tercera.
    Atrás quedaron los días de invierno en los que cientos de miles de estudiantes salían a las calles para reclamar por gratuidad en el sistema educativo. El sol del otoño chileno es más apacible y apenas hay gente sobre la Alameda, al igual que en la FECh. Pareciera que todos se toman vacaciones, excepto por Gabriel Boric, devenido en la cara visible más importante del movimiento estudiantil más antiguo de Chile.
    A diferencia de su antecesora Camila Vallejo -a quien venció en las últimas elecciones de diciembre-, el nuevo líder estudiantil se muestra mucho más crítico y verticalista en el marco reivindicativo. Sus últimas apariciones en televisión ya no son para anunciar sus estrategias: Boric saltó a la acción directa. Por estos días, los canales más importantes de noticias del país trasandino lo muestran dirigiéndose a las puertas del Palacio de la Moneda, en donde le entregará una carta al ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter en repudio a su controvertido proyecto de ley de Resguardo del Orden Público.
-¿Qué conclusiones sacaron en este período de reflexión?
    “Estamos en un período de debate dentro del movimiento estudiantil. Haciendo un balance de lo que fue el 2011, tratando de aprender de los errores que cometimos e identificando nuestros aciertos, porque ser auto-conscientes es, en el fondo, la única manera para poder avanzar. También estamos analizando las proyecciones políticas para este año; como movimiento estudiantil, esperamos presentar nuestras conclusiones de este proceso de reflexión. Pero además queremos invitar a otros actores sociales a ser parte de esta reflexión colectiva para poder articular en conjunto, porque entendemos que ya nuestra pelea no es solamente por la calidad de la educación de nuestro país sino que por el carácter de la democracia.”
-¿Cómo piensan efectuar una transformación estructural que garantice el fin de lucro en la educación?
    “Está en debate cuál va a ser la relación con la institucionalidad, porque nosotros nos hemos dado cuenta de que en Chile hay todo un engranaje institucional diseñado para excluir de la deliberación política a las grandes mayorías y que sea una pequeña elite la que decida y se manifieste a través de los empresarios o de las dos coaliciones de la clase política (Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente), que están muy reacias a cambiar el actual sistema. Por lo tanto lo que  nosotros tenemos que hacer es crear poder popular y fortalecer el tejido social chileno que quedó destruido durante la dictadura, el cual se mantuvo igual en los tiempos de la Concertación y ahora recién está empezando a florecer nuevamente. Por otro lado, debemos construir nuestras propias propuestas para presentárselas a la institucionalidad, porque no podemos ser tan ingenuos de pensar que el parlamento no existe. Está ahí y sigue tomando decisiones.”
-¿Por qué pensás que el movimiento aún no obtuvo resultados concretos?
    “Nosotros habíamos confiado en que la discusión presupuestaria en el parlamento iba a poder concretar algunas de las demandas que nosotros estamos planteando, pero la clase política estaba mucho más cerrada de lo que mostraba a través de la prensa, entonces eso implicó que al final del día termináramos en una discusión parlamentaria donde no teníamos nada que ganar.”
-La derecha pacta con los militares, la Concertación con la derecha y el Partido Comunista con la Concertación: ¿Qué límites reconoce Izquierda Autónoma (movimiento político/estudiantil que integra)?
    “En Izquierda Autónoma somos muy críticos de la política nacional que ha llevado a cabo el Partido Comunista respecto a sus pactos políticos con la Concertación, quien durante 20 años administró y profundizó las políticas neoliberales instaladas a sangre y fuego durante la última dictadura. Por lo tanto tenemos una legítima desconfianza cuando hoy nos dicen que están de nuestro lado, porque cuando tuvieron la oportunidad de cambiar las cosas no lo hicieron. Entonces tener una iniciativa de acercamiento hacia las cúpulas concertacionistas me parece que es un error. Creo que hay gente muy valiosa dentro de la Concertación y, de hecho, para construir una mayoría uno tiene que apostar a convocar a esa gente, pero eso no se logra con pactos por arriba sino que con construcción social desde abajo. Por lo tanto nosotros no estamos disponibles para transar estratégicamente con ellos.”
-¿Cómo piensan lograr esa construcción social?
    “Hay una diferencia sustantiva entre táctica y estrategia. En la táctica tenemos que ser más flexibles y capaces de poder conversar con diferentes actores, pero nuestra estrategia se debe dirigir hacia la constitución de nuevos actores que dejen en cuenta el malestar social que existe hoy en día en Chile.”
-¿Cuál es tu posición respecto a las tomas en los colegios y universidades que tuvieron lugar hasta el febrero pasado?
    “Yo no tengo una posición en abstracto respecto a las tomas. Creo que la formas de movilización deben ser funcionales a objetivos políticos; entonces, si evaluamos que una toma es la mejor manera para llevar adelante nuestras demandas, adelante con la toma, siempre que sea mayoritaria y no por una vanguardia de 15 personas que toman una facultad donde hay 200. Eso creo que es algo que no puede suceder. Pero creo que todas las tomas y paros del movimiento estudiantil, por lo menos en todo el primer período, fueron absolutamente mayoritarias.”
-¿Considerás que de alguna manera las tomas terminaron debilitando al movimiento?
    “Cuando las tomas se terminan fetichizando creo que debilitan al movimiento, porque entramos en conflictos internos y al final del día terminamos peleando entre los mismos compañeros con los que el día anterior estábamos marchando. Entonces la debilidad de la forma es cuando dejan de ser funcionales a nuestros objetivos políticos y cuando se pierde ese sentido de reflexión.
    Yo justifico los paros, las tomas y las marchas como formas de hacer visibles ciertas demandas que de otras maneras no serían escuchadas. Tuvimos que sacar 250 mil personas a las calles para que la clase política identificara que hay un problema.”
-Sin embargo, en varias oportunidades declaraste que no hay que centrar el debate en las formas de la movilización, ¿Sobre qué aspecto pensás que debería enfocarse la opinión pública?
    “El debate en general lo tenemos que dar sobre el fondo del asunto, que es qué tipo de educación queremos. Nosotros la entendemos como un derecho social y el Presidente (Sebastián Piñera) como un bien de consumo, entonces ahí hay un debate de fondo respecto de nuestras concepciones ideológicas, sobre cuál es la función que debe cumplir la educación. Nosotros la vemos como el espacio en donde está en disputa el modelo de desarrollo que tiene un país, y no solamente como formación de profesionales automatizados para terminar sirviendo al mercado. Esa es la discusión de fondo, y a partir de eso hay una serie de discusiones que salen de esta raíz.”
-En la mesa dirigencial conviven autónomos, comunistas y libertarios, ¿Cómo articulan la correlación de fuerzas?
    “Hasta el momento hemos tenido una muy buena relación, ha sido un muy buen equipo de trabajo. Camila Vallejo tiene un liderazgo ganado legítimamente y no tiene sentido andar serruchándoselo. Creo que la mesa está funcionando bien porque todos entendemos que los objetivos que tenemos por delante como movimiento estudiantil son mucho más importantes que las pequeñas diferencias que podamos tener.”
-En diciembre del 2011, Camila Vallejo había declarado que para Navidad te regalaría “un poco más de humildad”, ¿Cómo recibís sus dichos?
    “A partir de eso se trató de generar una idea de que en la FECh había una especie de 'guerra fría', cosa que no era así. Yo creo que Camila derepente pierde la visión sobre lo relevante que pueden ser sus palabras, entonces quizás no le toma el peso a lo que dice. Por ahí lo tira y no se da cuenta de que se va a armar un escándalo a partir de eso. Yo lo tomo como una crítica constructiva y es algo que he revisado. Creo que efectivamente es muy importante que los dirigentes universitarios seamos muy humildes, porque tenemos mucho que aprender. Si yo aparezco ante los medios y la opinión pública como una persona soberbia, vamos a perder apoyo, o sea que es algo que tengo que recoger.”
-¿Qué regalo le devolverías a ella?
    “Creo que a ella le regalaría unas buenas vacaciones, porque sin duda debe estar reventada con todo lo que pasó el año pasado. Con pasaje de vuelta, claro...”
-¿Cuál es tu opinión sobre la “ley Hinzpeter”, el proyecto sobre resguardo del orden público? (N.de R.: Ley que regula las protestas y establece graves sanciones para aquellos que causen percances durante las mismas)
    “Es una violación tremenda a la libertad de expresión, no solamente para los estudiantes sino que también para todo ciudadano. Se criminaliza todo tipo de protesta social mediante tecnicismos y un lenguaje jurídico sofisticado. Se busca esconder, en definitiva, una restricción a la libertad de expresión muy importante, por lo tanto nosotros estamos muy preocupados por esta ley y vamos a  efectuar nuestro rechazo frente al Palacio de los Tribunales.”
-¿Cuáles son los próximos pasos del movimiento estudiantil?
    “Nuestra prioridad va a ser ampliar el marco del movimiento estudiantil hacia otros sectores sociales y fortalecer la recomposición del tejido social chileno. Sabemos que es una tarea a largo plazo y que no se va a cumplir en nuestro mandato, pero creemos que tenemos que empezar a avanzar en esa dirección. Por otro lado, trabajaremos en la construcción de propuestas claras de cómo queremos que sea el sistema educativo en Chile, sino vamos a terminar inmersos en iniciativas que no nos representan.”
-¿Considerás que el sistema educativo en Argentina es un modelo a seguir?
    “Creo que hay ciertos elementos del sistema argentino que son destacables y que hay que mirar con atención y, por qué no, imitar, como la gratuidad en todos los niveles educativos. Yo creo que es positivo pero en ciertos matices, como el acceso irrestricto que tienen en las universidades estatales. Allá hay una preocupación real por fortalecer y financiar a las universidades estatales, pero entiendo que tienen tasas muy altas de deserción o mucho tiempo de permanencia. Esas son cosas que, a la hora de copiar un sistema, habría que mejorar. Pero sin duda allá la educación pública está en un mejor pie para avanzar que en Chile. Por lo menos la educación universitaria, porque entiendo que los de la educación primaria y secundaria tuvieron movilizaciones contra Mauricio Macri en su momento. No te digo que es perfecta ni que sea el paraíso, pero creo que va más por el camino correcto.”