martes, 21 de agosto de 2012

Ecobolsas con cronograma

Artículo publicado en la revista Cadena del Cuero.


En zapaterías y marroquinerías de la Ciudad

Las bolsas biodegradables ya tienen plazo

Finalmente, la norma impulsada por el gobierno porteño para reemplazar a las bolsas plásticas por otras de material biodegradable, cumplirá su propósito recién en el 2014. Hay polémica por su verdadera influencia en el medio ambiente.

     El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires viene impulsando desde el 2009 la reglamentación de la ley 3147, que prevé una concertación de políticas con el sector del calzado y la marroquinería -entre otros rubros comerciales- con el fin de incentivar la manufacturación de bolsas y sobres sustentables para el medio ambiente que entreguen a los consumidores finales con motivo de cada venta. Se trata del "Plan de Reducción de Bolsas y de Sustitución de Sobres No Biodegradables", cuya instrumentación se estimaba para principios de agosto, aunque finalmente los sectores emplazados en la normativa tendrán tiempo hasta el 2014.
     Para cumplir su propósito, es necesaria la reconversión de las industrias del plástico involucradas en la producción actual de bolsas de polietileno y polipropileno hacia la producción de bolsas confeccionadas utilizando plásticos biodegradables (es decir, elaboradas a partir de la materia prima proveniente de residuos orgánicos naturales). Deben reemplazarlas por, al menos, 80 por ciento de papel reciclado, papel certificado o derivado de la caña de azúcar.
     Cabe señalar que, actualmente, no existe en Argentina una industria de bolsas plásticas biodegradables fabricadas con materia prima local con capacidad suficiente como para abastecer a la totalidad del mercado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (estimado en más de mil millones de bolsas plásticas no biodegradables utilizadas por año), razón por la cual en ciertos casos no resulta posible, en esta instancia, determinar un cronograma de reemplazo a muy corto plazo de todas las bolsas no biodegradables que se entregan en la ciudad.
     Por eso los comercios en cuestión deberán reemplazarlas con un margen de tiempo más flexible. Para el 1 de enero del 2013, deben ser sustituidas el 25 por ciento de las bolsas no biodegradables. Un año después, ese porcentaje debe aumentar al 50 por ciento del stock. Y finalmente, la fecha en la que no se podrán repartir más bolsas no biodegradables se impuso para el 7 de octubre de 2014. 

Los plazos
-El 9 de octubre comenzará a implementarse en super e hipermercados.
-En los comercios en general se efectivizará en el 2013 (* porcentajes de reemplazo de bolsas biodegradables por fecha)
*1 de enero de 2013 (25 por ciento)
*1 de enero de 2014 (50 por ciento)
*7 de octubre de 2014 (100 por ciento)
Sobres no biodegradables: su reemplazo será obligatorio desde que se publique su resolución

Fuentes:
Diario La Nación.
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Polémica alrededor de su utilidad

     Según la Agencia de Protección Ambiental -autoridad de aplicación de la ley-, ya existen mecanismos de certificación para controlar, entre otros factores, que su producción no promueva la deforestación de bosques nativos. De hecho, promoverán campañas de concientización medioambiental para los consumidores en cada comercio que se acate a la nueva norma.
     No obstante, según expertos de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) -Gobierno de la Provincia de Buenos Aires-, el proceso de fabricación del material biodegradable es mucho más contaminante que el anterior y, si bien estas nuevas bolsas generan un 95 por ciento menos de emisiones de dióxido de carbono que las fabricadas con derivados del petróleo, hay que tener en cuenta que su materia prima son vegetales cultivados destinados a la producción de alimentos, algo que no solo produce un costo ecológico, sino que también, como sucede con los biocombustibles provenientes de cultivos energéticos (soja, maíz, etcétera), la demanda por su consumo masivo puede generar una nueva competencia por el suelo. Esto resulta peligroso ya que podría afectar la oferta y los precios, con su consecuente impacto en la industria alimenticia y en el acceso a los alimentos para el público en general.
     Por otro lado, presentar a las bolsas biodegradables como una solución al problema promueve continuar con el consumo irresponsable de las mismas. El uso y descarte de las bolsas de plástico es parte de un problema mucho mayor que necesita ser solucionado previamente, antes de que la biodegradabilidad de las bolsas juegue un papel realmente útil y positivo.
     Según constata la ONG Greenpeace, “en Argentina los residuos sólidos urbanos son confinados en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto. En este contexto, la prohibición de las bolsas de plástico comunes y la promoción y exigencia de bolsas biodegradables no tiene ningún sentido”. Asimismo agrega que “mientras no se avance en programas de separación domiciliaria de residuos, recolección diferenciada, reciclado y compostaje, la solución de las bolsas biodegradables es poner un sello 'verde' a algo que no lo es”.
     Lo cierto es que existe una ausencia de políticas y programas de reciclado y recuperación de materiales, que no presentan ventajas ambientales si son dispuestas en rellenos sanitarios o basurales a cielo abierto. La utilización de bolsas biodegradables sirve para contener la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, con el fin de destinarla al compostado, por ejemplo, tal como lo establece la incumplida Ley de Basura Cero de la Ciudad de Buenos Aires.
     De manera que, mientras no se avance en la separación domiciliaria de residuos, las bolsas biodegradables terminarán junto con el resto de los deshechos en rellenos o basurales donde la degradabilidad pierde todo sentido ya que los rellenos están pensados como depósitos de basura y, debido a las condiciones de los mismos, los procesos de degradación ocurren mucho más lentamente.

Por Matías De Rose.