La discoteca Kmasú Premiere
(ex Cadillacs) abrió sus puertas a las 21 horas de una noche
calurosa. Mientras ingresaba una larga fila que se extendía a los cien
metros de largo por la avenida Blanco Encalada, los artistas
deambulaban por el hall del auditorio con total libertad sin
que nadie los molestase. De a poco, la entrada que conducía a la
barra se iba atestando de consumidores que, por el momento, estaban
más atentos por el precio de la cerveza que de cualquier otra cosa.
Pese a la falta de ventilación del lugar anfitrión, los
concurrentes ya se iban acomodando, palpando en el ambiente la real
magnitud de lo que estaban por presenciar.
Juan Sativo y su Tiro de Gracia. Foto: Oscar Ordenes. |
El orden de los grupos fue
completamente acertado. Se vio un show que trascendió de manera
ascendente, tanto por el elevado nivel musical como por la vehemencia
del público. Quizás lo único lamentable fue el sonido de la disco
Kmasú, que sufrió acoples en varios pasajes sumado a una mala
ecualización de los bajos cuando se reproducían las pistas
musicales.
La ex Makiza explotó el auditorio. Foto: Oscar Ordenes. |
Tea Time penetró en la euforia colectiva. Foto: Oscar Ordenes. |
Cuando parecía que el evento ya había
sido conceptualizado como mítico y los espectadores ya se daban por
satisfechos, Chancho en Piedra terminó batiendo toda la
adrenalina que el auditorio había guardado para el cierre del show.
La legendaria banda chilena hizo un repaso por sus grandes hitos que
hicieron saltar y cantar a cientos de personas durante toda la hora
de concierto. Fue, sin dudas, el broche de oro que merecía un evento
de esta envergadura.
Chancho en Piedra, el broche de oro. Foto: Oscar Ordenes. |
Lo que pasó anoche seguramente no
pasará inadvertido. Cuatro pesos pesados demostraron que hay terreno
musical en Chile, y para rato. Está en los productores y
organizadores de espectáculos recoger la cosecha de este evento para
repetirlo una y mil veces más. Por las generaciones pasadas,
presentes y futuras. Porque, más allá de los géneros, existe una
triunfadora inexorable que pide pista a sinfonía limpia. El premio,
anoche, se lo llevó la música.
Por Matías De Rose.
Por Matías De Rose.