Los Tetas presentaron anoche un
adelanto de su nuevo corte El movimiento en el Niceto Club
de Buenos Aires ante una amplia convocatoria. Tras el éxito que
originó su regreso luego de nueve años de separación, aterrizan en
Argentina como parte de su gira internacional. Los detalles crónicos
de una noche a la luz de la música.
Desde Buenos Aires
Por Matías De Rose
Otra vez en la ciudad. Foto: Niceto club. |
Durante los últimos días, el viejo
Palermo de Buenos Aires lució más bien a Bellavista, Manuel Montt o
a aquellas calles del nororiente santiaguino. La visita de Los
Tetas provocó una vigilia espontánea de la colectividad chilena
en territorio trasandino, que se desplegó durante horas
ininterrumpidas a través de las transversalidades de la orbe
porteña. Sucede que no es común que las bandas chilenas salgan a
hacer carrera al exterior, y cuando lo hacen es motivo para pensar en
una reivindicación de la disciplina del artista chileno, consolidado
y dispuesto a atravesar esas barreras. Por eso es motivo de
celebración.
Una banda consagrada, sí. Pero con un
presente que no descansa en lo ya logrado y eso es aun más
meritorio. Anoche, Los Tetas dieron una exhibición de música
presentando su nuevo single El movimiento. El ritmo del funk
y del soul se impregnaba en
las paredes cristalinas de la disco y se fundía con el fragor de la
noche. El público recogió estos símbolos deambulantes y los hizo
propios, haciéndose cargo del sentimiento de nostalgia que generó
volver a ver a su grupo estando lejos de casa.
Unas mil personas desbordaban el
auditorio cuando comenzaron a sonar, a telón cerrado, unas
inconfundibles armonías sintéticas. Arrancaron con un repertorio
distinto al que acostumbran en Chile, muy digno para la ocasión.
“Tea Time”, devenido en
un decidido dramaturgo, contó una historia arriba del escenario.
Hasta la interpretó de manera auténtica y verosímil. A lo largo del
show, invocó sucesivamente a “Charly” García y dedicó
sus palabras a los músicos argentinos. Aprovechó para distinguir
que es "un orgullo tocar en este país, aquí está la historia
del rock".
En marzo pasado habían vuelto a
visitar la Argentina después de dieciséis años. En 1997,
presentaban su súbito Disco de Oro Mama Funk, compartiendo
distintos escenarios nada menos que con los Illia Kuryaki and The
Valderramas y los Enanitos Verdes. Es notable como la
siembra de aquellos años floreció en una gran cantidad de público
argentino que vitoreaba a la banda chilena. Una marea que agitaba
largamente sus brazos pidiendo un poco más de esa medicina que Los
Tetas elaboraron allá por los noventa.
El EP que presentan en esta gira es
una serie de temas inéditos y clásicos del conjunto, materializados
en un sencillo llamado El movimiento. La fusión del funk,
el soul
y el hip-hop sigue latente con una sincronía casi perfecta. La
consigna fue siempre tan simple de entender como difícil de realizar:
“Sólo se trata de música”. De ese lema se desprende la
identidad indivisible de esta banda y su comportamiento dentro de una
atmósfera que pocos saben crear. Como si realmente sólo se tratara
de música... Así de fácil.
Los Tetas están otra vez en la
ciudad. Hoy siguen su recorrido por el país trasandino en las
ciudades de Córdoba y Rosario. Reflejan en cada acorde sus
circunstancias y muestran un camino que invita a tanto artista
consagrado de Chile a recorrer. Ya poco importan las distinciones,
los adornados calificativos e incluso este relato. Qué más se puede
agregar, si sólo se trata de música.