viernes, 30 de agosto de 2019

Borges 2.0

Nota publicada en la sección literaria del diario La Gaceta de Tucumán.

Imagen: portal web "Vanguardia"

El pasado 24 de agosto se cumplieron 120 años del nacimiento del mayor escritor argentino. La fecha es una buena excusa para seguir explorando los horizontes, acaso más insospechados, de su obra indeleble. ¿Es posible identificar una premonición de internet en los cuentos de Borges? ¿Tiene algo para decirnos acerca del mundo de la web, los links y el hipertexto?



Por Matías De Rose

No es novedad afirmar que el autor de “El Aleph” empleaba preceptos filosóficos con argumentos literarios y ficticios, para entonces intervenir en la realidad con un rigor que lo ubica en un rol premonitorio. En efecto, este artículo se empeñará en discutir las formas en que los medios de comunicación representan lo real y la relación entre el individuo y el conocimiento, sobre la base de algunos de sus relatos más perdurables que invitan a pensar dilemas filosóficos de una vigencia llamativa.

Espejos y laberintos

Cinco décadas antes que estallara la revolución del mundo virtual y lejos del auge de las tecnologías emergentes, Borges imaginaba en “El jardín de los senderos que se bifurcan” un mundo totalmente compatible con la explosión masiva de internet, el hipertexto, el link y la hipermedia. Nos presenta un universo que bien podría ser una prefiguración de la arquitectura de la red; un mundo ficticio donde, no obstante, subyacen distintas problemáticas vinculadas al conocimiento y el lenguaje como espejo y vehículo de “lo real”.

En “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (“Ficciones”, 1944), el hilo conductor de la lectura está ubicado en la primera oración: “Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar”. El espejo multiplica al mundo y lo deforma, sostenía Borges. Y esa distinción sujeto/objeto plantea serios interrogantes para cualquier corriente filosófica, ya sea racionalista o empirista.  

Como en la infinita Biblioteca de Babel, la idea de una enciclopedia total que relacionamos inexorablemente con una gran Wikipedia, nos hace también pensar en términos platónicos sobre la hiperconectividad y los medios de comunicación convergentes en su afán de reproducir la realidad. Y aquí volvemos al dilema sobre el lenguaje, la objetividad, la verdad y la transmisión de realidades: el espejo multiplica al mundo y lo deforma.

La clásica idea platónica de lo doble y los dos mundos (uno real y otro de ficción), afirma que el mundo sensible es una copia del mundo ideal. Así, la premisa berkeleyana “ser es ser percibido” que el escritor pretendía rescatar, deviene en “ser es ser publicado”: la verdad es lo que el medio muestra. Pero no se detiene sólo en este aspecto y, sobre el final del cuento, muestra un fenómeno desconcertante: objetos del irreal Tlön se materializan en el mundo real, a tal punto que estos elementos parecen indistinguibles entre sí.

Borges, el posthumanista

Diversos estudios de la literatura coinciden en afirmar que este gran pensador argentino fue una suerte de “anticipador” de internet, como lo definen Perla Sassón Henry en su libro Borges 2.0 y Dante Augusto Palma en su ensayo Borges.com. En su análisis, Sassón Henry sostiene que los cuentos de Borges (incluyendo a “Rayuela”, de Julio Cortázar) utilizan como recurso la posibilidad de construir múltiples historias, anticipándose a lo que hoy conocemos como el hipertexto y los links (desafiando a la linealidad y secuencialidad del relato) y la hipermedia (un complemento que integra recursos de audio y video al texto escrito). En su conjunto, configuran un género que la autora define como hiperficción y que ubicaría a la obra del argentino en el campo del posthumanismo.

Estos laberintos borgeanos, que el filólogo italiano Umberto Eco describió como aquellos que no tienen centro ni costados ni adelante ni atrás, parecen una de las características fundamentales de internet: la descentralización. La red está en todos lados y en ninguno. La información circula, no sabemos desde dónde ni hacia dónde.

Desde luego, Borges intuía la necesidad de colocar al lector como participante activo de la obra y advierte las abominables consecuencias de introducirse en esos laberintos rizomáticos. Encierra en la paradoja de Irineo Funes (el memorioso), que por recordar absolutamente todo no podía pensar, la mejor metáfora distópica sobre cómo el exceso de información desjerarquizada (¿fake news?) y la compulsión por el detalle banal y frívolo impiden la capacidad de abstracción y conocimiento.

martes, 21 de mayo de 2019

Alfred Hitchcock, la mirada omnipresente

"The Alfred Hitchcock Hour". Fotografía NBC 
Nota publicada en la sección literaria del diario La Gaceta de Tucumán

Un nuevo aniversario de la muerte del genial cineasta (el lunes se cumplieron 39 años) es una buena excusa para hacer un repaso por sus obras más emblemáticas, intentando identificar una relación entre su cine, la literatura y el psicoanálisis, tema recurrente en sus películas.





Por Matías De Rose

         Cuando tenía dieciséis años, Alfred Hitchcock descubrió la obra de Edgar Allan Poe. Probablemente fuera la impresión que le causaron sus historias lo que le llevó a dedicarse a realizar películas de suspense. Era lector de John Buchan, Gilbert Chesterton y Gustave Flaubert, por lo que se podría afirmar, del mismo modo, que de allí provengan los lineamientos temáticos de su carrera —mayormente vinculados al suspenso, los crímenes, el sexo y la violencia.

          En “El cine según Hitchcock”, libro del realizador francés François Truffaut, basado en las conversaciones mantenidas entre ambos cineastas, el autor sostendrá que hay un gran número de adaptaciones literarias en la obra del londinense, pero que se trata casi siempre de una literatura estrictamente recreativa, de novelas populares que él mismo reelaboraba. Lo cierto es que Hitchcock no se interesaba realmente por el estilo literario, excepto en Somerset Maugham, cuya sencillez admiraba.

Lo real, lo imaginario y lo simbólico


          El cine y el psicoanálisis tienen un origen decimonónico (Sigmund Freud publicó los “Estudios sobre la histeria” -1895- en el mismo año en que los hermanos Lumière presentaron su primera película). Tanto uno como el otro se deben a la propulsión científica y tecnológica del capitalismo industrial, participando en la construcción de los horizontes de sentido que definirán la imagen del mundo y del hombre moderno.

          Hitchcock es uno de los realizadores más marcados por el pensamiento Freudiano. A menudo, sus filmes presentan una concepción ampliada de la sexualidad, de sus relaciones con el acontecer psíquico y su reflejo en lo sociocultural. Vértigo (1958) habla de la obsesión, la parálisis psicológica y física, y la frágil naturaleza del amor; Spellbound (1945), Psycho (1960) y Marnie (1964) presentan casos de trastornos mentales, madres sobreprotectoras y conflictos edípicos.

          En Spellbound, explora el estudio del psicoanálisis a través de escenarios oníricos diseñados por Salvador Dalí: en su pintura paranoide, una multiplicidad de ojos nos observa desde lo alto, a través de planos inclinados por los que nos deslizamos de manera irrefrenable. Allí podemos observar los mecanismos de condensación y desplazamiento descubiertos por el neurólogo austríaco. 

Decorado hecho por Dalí en"Spellbound"
          
"Spellbound", escenas oníricas

"Spellbound", escenas oníricas

          Psycho es considerada por gran parte de la crítica como el primer thriller que explora el estudio psicoanalítico. La mansión de Norman Bates tiene tres plantas, en paralelo con los tres niveles que Freud atribuye a la mente humana: el primero sería el "Superyó", en el qué la madre de Bates vive; la planta baja sería el "Yo", donde Bates aparece como un ser humano aparentemente normal; y el sótano donde Bates baja el cadáver de su madre, que sería el "Ello" o inconsciente, como símbolo de la conexión que se postula entre el Superyó y el Ello.

Vera Miles y una de las escenas más famosas del cine

          Por lo expuesto, no quiere decir que el realizador haya empleado al cine como un método de investigación psicoanalítica, aunque de alguna manera su obra pueda consistir esencialmente en evidenciar significaciones inconscientes de las palabras, actos o producciones imaginarias (sueños, fantasías, o delirios) que le dieron vida a sus personajes.

Referencias

  • Entre Cine y Psicoanálisis: un ensayo sobre sus desencuentros y afinidades (José Samuel Martínez López y Gibrán Larrauri Olguín).
  • El cine según Hitchcock (François Truffaut).

martes, 23 de abril de 2019

Argentina no baja

Nota publicada en la revista digital Tercer Cordón

Imagen: Shutterstock
Una de las grandes deudas de la democracia en materia jurídica es la reforma en el sistema de responsabilidad penal juvenil. No obstante, las medidas del oficialismo para reemplazar al formato actual tienen sus detractores. ¿Cuáles son sus argumentos? Opina en esta nota el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni.


Por Matías De Rose


     De a poco la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales se pone en marcha, y con ella se renuevan discusiones sobre problemas centrales, como la inflación o la inseguridad. En esa sintonía, desde el Ejecutivo anuncian el nuevo anteproyecto de Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil (propuesto en reemplazo del Régimen Penal de la Minoridad promulgado durante la última dictadura militar) como un programa consensuado que favorecerá la reinserción social de aquellos menores de edad que entren en conflicto con la ley. Sin embargo, esta nueva iniciativa, que prevé una baja en la edad de punibilidad de 16 a 15 años, tiene un amplio rechazo por parte de diversas organizaciones de Derechos Humanos y organismos internacionales.
     El ex Juez de la Corte Suprema de Justicia y actual miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Eugenio Raúl Zaffaroni, compartió su interpretación en una charla mantenida en la Universidad Nacional de Avellaneda, y consideró que “no hay que bajar la edad de penalidad, sino de procedibilidad. Es decir: el menor es un ciudadano, y antes de tomar cualquier medida, si se le imputa un delito, hay que probar que lo haya cometido de la misma manera que se nos prueba a cualquier adulto”.
     Y agregó que esto se debe a que “la ley actual le permite al juez de menores disponer del menor, e incluso institucionalizarlo, porque le da la gana. Es una privación de la libertad que le deja una marca mucho mayor a la que sufre un adulto en la cárcel, porque es una etapa evolutiva de su psicología y puede generar una situación de trauma aún más grave. Un adolescente no tiene el mismo grado de madurez afectiva que nosotros, de modo que efectivamente hay que darle las garantías que tiene el adulto en cuanto al proceso, pero no en cuanto a la pena”.
Imagen: CIDH
     Zaffaroni indicó además que “hay una demagogia injustificada. El mal absoluto no existe y éste régimen que tenemos tampoco es un mal absoluto, algunas cosas buenas hizo: en Buenos Aires bajó en un 20% los homicidios, en los últimos tres años. La incidencia de menores en la Ciudad de Buenos Aires en casos de homicidio es casi despreciable”.
     Recientemente, el Comité de los Derechos del Niño, en sus Observaciones Finales sobre la Argentina, recomendó al Estado argentino que apruebe una Ley general de Justicia Juvenil compatible con la Convención sobre los Derechos del Niño, que en Argentina tiene jerarquía constitucional, y que no agrave las penas ni reduzca la edad de responsabilidad penal. Las convenciones proponen precisamente fortalecer el sistema de protección integral y la vigencia de las garantías durante el proceso penal.
     En el mismo sentido, el Dr. Carlos Laman, abogado y docente universitario, sostiene que “hay que analizar la política criminal que quiere llevar a cabo el Estado. Particularmente, no considero que establecer un régimen penal que sea más riguroso ocasione la desafección de delitos o que no se presenten casos delictivos en la sociedad sino que se debe ofrecer un sistema de educación más acompañador, tratando de brindar un ámbito social de contención. Ésa sería una solución más adecuada y, claramente, el derecho penal no la puede dar”.
    “Se requiere otro tipo de sanción o acción” -remarca- “para que estos menores puedan reinsertarse en la sociedad y ser miembros productivos de la misma. La baja de edad de punibilidad es un tema de análisis cuidadoso y delicado porque cambia toda la estructura jurídica y social vigente. Un mejor sistema de educación, capacitación y apoyo hacia los miembros más vulnerables de la sociedad son aquellos mecanismos que permiten evitar conductas delictivas”, afirma el experto en Derecho penal.
     Hay que señalar también que los sectores más vulnerables de la población sufren cotidianamente en Argentina un estado más crítico producto de las políticas de exclusión que propone el actual gobierno: inflación, tarifazos, ajuste y endeudamiento. Crece la emergencia alimentaria, sanitaria, educativa y social. Se desfinancian programas y políticas dirigidas a la niñez en general. Se debe combatir, además, el negocio de organizaciones delictivas, que proponen  dinero fácil a menores mediante el narcotráfico y la trata de mujeres.
     Según datos del INDEC, el 48% de los niños, niñas y adolescentes a nivel nacional, es pobre. Desde Unicef añaden que “uno de cada diez niños y niñas realiza algún tipo de trabajo infantil; siete de cada diez sufren castigos físicos o maltratos psicológicos en el país”. Además, casi el 30% de niñas, niños y adolescentes sufre inseguridad alimentaria, según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA; y el 27% de los niños y niñas del país entre 3 y 5 años no reciben el nivel inicial de educación.
     No obstante a este contexto, el mismo Mauricio Macri insistió en su última apertura de sesiones ordinarias del Congreso, con realizar reformas que no se ajustan ni a las necesidades de los sectores populares ni a una visión contemporánea de la realidad; que ni siquiera se insertan  dentro del marco constitucional, pero que su debate parece oportuno para intentar arañar una ventaja en un año electoral como el corriente, que se vislumbra fuertemente disputado.

Conclusiones por el Caso “Mendoza”

        Las recomendaciones emitidas por parte de la CIDH respecto de modificar el régimen penal juvenil, son las observaciones que se desprenden del controversial caso “Mendoza”, por el cual el propio tribunal -que está dentro de la órbita de la Organización de Estados Americanos (OEA)- condenó al Estado argentino en el año 2013, por cinco casos de jóvenes a los que se les impuso prisión perpetua (2002) por delitos cometidos cuando eran menores de edad. Uno de ellos, Ricardo Videla Fernández, fue encontrado ahorcado en su celda tres años después, en confusas circunstancias.
     Para la Corte, las condenas impuestas “no cumplen con la finalidad de reintegración social de los niños, ya que implican su máxima exclusión de la sociedad”, por lo que “las expectativas de resocialización se anulan”. Además, las penas fueron “un trato cruel e inhumano” y violaron “el derecho a la integridad personal de sus familiares”.
       Además de las modificaciones legales sugeridas, el tribunal solicita al Estado argentino que no se vuelvan a imponer penas de reclusión perpetua a menores de edad. El decreto ley 22.278, sancionado en 1980, además de permitir estas condenas, desconoce derechos y garantías fundamentales a las personas menores de edad y permite la privación ilegítima de la libertad a menores de 16 años.
         La abogada Claudia Cesaroniintegrante del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) y de la Red Argentina No Baja, aseveró en un artículo periodístico que “hoy hay decenas de niños no punibles (es decir, menores de 16 años) privados de su libertad. Eso es ilegal, hay que revisar cada una de esas decisiones, no legalizarlas mediante la intervención de jueces penales de menores. En vez de hacer intervenir a las áreas del Estado Social y a la comunidad mediante sus organizaciones sociales, referentes culturales, barriales, y familias, se hace intervenir al Estado Penal, con toda su carga de estigmatización, selectividad, clasismo y etiquetamiento”.
     Estos dichos coinciden con lo expresado por Ricardo Gil Lavedra, Coordinador General del programa Justicia 2020, quien admitió que “actualmente existen más de cien menores de 16 años presos sin proceso de atribución de responsabilidad”. En el anteproyecto actual, no hay límite para las penas que se pueden aplicar a los adolescentes de 16 y 17 años: en sus fundamentos, se señala que no se pueden aplicar penas de prisión o reclusión perpetua a esta franja de adolescentes. Pero la iniciativa no fija un monto tope de penas por lo que será indispensable su revisión.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Porque tenían cosas que decir

Videopoesía inspirada en un poema de Charles Bukowski.
Seminario Diseño Audiovisual (UNSAM)



Los recuerdos y la nostalgia de un pasado mejor. Una mirada en perspectiva de los sueños, la contaminación del alma y la gente que ya no está.

Duración: 2':40"
Realizado por:
Tomás Dicovskiy 
Ariel Espósito
Mariano Santos
Juan Ángel Aiesi
Matías De Rose (Guión técnico, dirección y edición)

miércoles, 9 de septiembre de 2015

RIQUELME: “Quiero que Boca vuelva a ser un club de fútbol”

Nota publicada en Guay, suplemento juvenil del diario Miradas al Sur.


El ídolo xeneize protagonizó una charla ante más de 700 personas en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), organizada por el presidente del Partido Justicialista porteño, Víctor Santa María. Durante el evento, Juan Román Riquelme recibió la distinción de Personalidad Destacada del Deporte de la Provincia de Buenos Aires de la mano del senador Santiago Carreras.

Por Matías De Rose


“Yo soy hincha, no soy de ningún dirigente" / Foto: Federico Frau Barros
En una emotiva jornada para los nostálgicos hinchas de Boca y los aficionados futboleros, el “diez” habló de todo e hizo un repaso por los momentos más destacados de su carrera. Fiel a su estilo, respondió preguntas de la prensa y de alumnos de Educación Física y Deporte que cursan en la UMET, en el marco del reconocimiento otorgado por el senador provincial Santiago Carreras, quien impulsó el proyecto que se transformó en ley por unanimidad en ambas cámaras de la Legislatura Provincial. Al comienzo de la charla moderada por Gonzalo Bonadeo, Riquelme agradeció a todos los hinchas presentes y a las más de dos mil personas que quedaron afuera y vieron la charla en una pantalla gigante montada sobre la calle Sarmiento.

“Sólo te pido seis meses más”, fue la súplica que entonó el desbordado público desde cada sector del auditorio, a lo que el enganche respondió con sutileza: “Cumplí todos mis sueños. Creo que para el hincha hubiese sido lindo que me retirara con la camiseta de Boca. Para mí también pero fue una decisión que he pensado mucho. Hice lo que tenía que hacer porque tengo principios”.

Con esta declaración, la charla comenzaba con dos temas ineludibles: su futuro en el club y su enfrentamiento con el presidente de Boca, Daniel Angelici. “Yo soy hincha, no soy de ningún dirigente. El día que me sienta preparado para ser entrenador o presidente de mi club, lo comunicaré. Pero hoy en día disfruto de hacer cosas que antes no podía. Quiero que Boca vuelva a ser un club de fútbol”.

Sin embargo, prefirió no opinar tanto del presente futbolístico del equipo ya que “en unos meses hay elecciones y si opino mucho de los superclásicos de la copa, mañana van a haber muchos que van a decir que yo aprovecho los momentos malos del equipo”.

De todas maneras ratificó su impresión sobre el conjunto del “Vasco” Arruabarrena y el episodio del gas pimienta en la Bombonera: “Hubo un inconveniente que no puede pasar en ninguna cancha. Tuvimos la suerte de que ningún jugador de River salió lastimado. Primero que nada está la salud de los jugadores, tengan la camiseta que tengan”, reflexionó entre aplausos. “Durante el primer tiempo, esa noche no pateamos ni una vez al arco. A medida que van pasando los partidos y los meses sigo sosteniendo lo mismo que dije hace un año: Boca corre mucho y pelea mucho. Juega muy poquito”.

Al ser consultado por Bonadeo sobre el insistente cuestionamiento de la prensa de señalarlo como un líder negativo, Román fue clarito. Agradeció a todos los periodistas presentes y les aclaró: “Sé que varios periodistas son amigos de muchos jugadores y le dan para adelante para no criticarlos porque sino se enojan, y así vamos vendiendo al líder negativo o al líder positivo. El que no le da bola a la prensa es negativo. Y al final el que juega bien, juega bien. Eso del referente, el líder, es todo mentira”.

También hubo un momento para recordar sus inicios más lejanos. Relatos llenos de emoción que describen el comienzo de tan brillante carrera y develan a la vez la humildad de un jugador que lo ganó todo y nunca olvidó sus raíces. “De Don Torcuato me acuerdo de todo” -cuenta- “porque mis amigos son todos de ahí. Me compré mi casa en el '95, a una cuadra y media de donde nací. A mí me ayudó mucho y a mis hijos también. Hubiese sido muy fácil irse a un country con colegio pero quería que ellos vivan la realidad del día a dia, y creo que eso les ha hecho muy bien”.


Para el cierre, al entregarle el diploma en reconocimiento como Personalidad Destacada del Deporte por Ley de la Provincia de Buenos Aires, Santiago Carreras sostuvo: "Nos hiciste llorar, sonreír, nos entregaste todo como jugador como persona, fuiste un rebelde con causa, sos un ejemplo de la vida, un norte para seguir". Y concluyó: "Más allá de este reconocimiento, tu mejor lugar es estar en el corazón de la gente”.

martes, 25 de agosto de 2015

Los ojos de América

Nota publicada en Guay, suplemento juvenil del diario Miradas al Sur.

Entrevista a Daiana Rosenfeld, directora de “Los ojos de América”. – Por Matías De Rose

Los ojos de América (Amor y anarquía)

El jueves 20 se estrenó en el cine Gaumont -espacio INCAA- Los Ojos de América, documental ganador del concurso DOCTV Latinoamérica IV. Dirigido por Daiana Rosenfeld y Aníbal Garisto, trata sobre la apasionada historia de amor que protagonizaron los anarquistas América Scarfó y Severino Di Giovanni en los albores de la década infame.


América Scarfó protagonizó una apasionada historia de amor. Una de las más polémicas que hubo en la Argentina, considerando que las mujeres, por aquel entonces, no gozaban de muchas de las libertades y derechos que posteriormente irían conquistando. En 1929, con catorce años de edad, América conoció a Severino Di Giovanni (27), el anarquista expropiador más buscado del país en la década del '20, y se enamoraron rápidamente. 

Di Giovanni era un joven italiano que, como muchos otros, decidió exiliarse en la Argentina tras el establecimiento del fascismo de Mussolinni en Italia. Se había casado con su prima Teresa Masciulli, con quien tuvo tres hijos una vez establecidos en Morón, provincia de Buenos Aires. Pero nada, ni la edad ni las convenciones sociales ni los prejuicios, pudieron impedir que su amor hacia aquella niña prosperara. Con América se identificaban, además, en los ideales libertarios de un movimiento político y social que tuvo un peso muy fuerte en la Argentina anterior a la dictadura militar de José Félix Uriburu (1930-1932). 

Una las realizadoras del documental, Daiana Rosenfeld, destaca la búsqueda de “una historia de amor tan apasionada en un contexto histórico como la década del ´20 en nuestro país: un momento signado por el anarquismo, la lucha por el cambio social, por pensar en un mundo diferente posible”. Y añade que “con la llegada de los inmigrantes, sobre todo italianos y españoles, arribó también la idea de un cambio social, con aires libertarios y horizontales, con ideas revolucionarias que la primera dictadura militar y los magnates imperialistas de turno intentaron exterminar. En ese sentido, la muerte de Severino y Paulino Scarfó -hermano de América-, el show mediático que se generó alrededor de tan salvaje hecho de pena de muerte, la cobertura de los medios de comunicación, habla de un momento histórico y de una sociedad que no estaba preparada para el cambio, un pueblo que no quería ser libre”.

A partir de documentos personales extraídos de Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, un ensayo del escritor Osvaldo Bayer, testimonios y sobre todo de las cartas de amor que Severino le enviaba a su amada, se va reconstruyendo la consolidación de la relación. Es por esta razón que el documental exhibe una narrativa epistolar que da cuenta de los detalles de su intimidad. Hubo entre ellos encuentros clandestinos y visitas fugaces, hasta que finalmente juntos comenzaron un proyecto de vida con una economía autosuficiente y una organización horizontal, que era consecuente con sus ideas, y que concluye cuando a Severino lo fusilan en al año 1931, a los 29 años de edad. Desde ese momento América se refugió en el anonimato.

Es interesante la apuesta en términos visuales, compuesta por recreaciones, imágenes simbólicas y fotografías llenas de vida, de manera que la mirada de Di Giovanni en primer plano cobra una inquietante presencia; sus ojos están llenos de brillo y de preguntas. Según Rosenfeld, “una búsqueda más poética que estrictamente documental es interesante para reflejar una cierta intimidad que hace de espejo con un contexto social y político de la época. En ese sentido y al usar como documentos principales las cartas, fue necesario una reconstrucción visual más acorde con los relatos en cuanto a la forma, por eso la estética en ese punto es más jugada. Además, el archivo audiovisual y fotográfico era muy escaso y fue necesario apuntar a recrear una atmósfera acorde con la narración”.

Este documental surgió de una investigación sobre mujeres anarquistas de la Argentina, tema que la realizadora seguirá recorriendo en su próximo trabajo, cuando reconstruya la vida de Salvadora Medina Onrubia. Anarquista, teósofa, dramaturga y poeta, la esposa de Natalio Botana, el fundador del Diario Crítica. La historia indaga en la vida de Salvadora desde una reconstrucción subjetiva acerca del mundo: como mujer, como madre soltera a los dieciséis años en la década del ´10, como dramaturga y como anarquista.

“Me interesa rescatar los valores del anarquismo” -reflexiona- “aquellos que llegaron a fines del siglo XIX y comienzos del XX para hablarnos de la libertad individual y colectiva, de un cambio profundo, de la igualdad y la humanidad, del ser consecuente a nivel cotidiano con las acciones que uno lleva a cabo. Como dice América en la carta que le enviaba al pensador francés Emile Armand: "No hay que contentarse con esperar, sino que se hace necesaria nuestra acción cotidiana. Hay que liberarse de prejuicios, falsedades morales y códigos absurdos".

Trailer:



Ficha técnica:

Los Ojos de América (Argentina, 2015). Documental histórico. 

Dirección, guión, producción, fotografía y montaje: Daiana Rosenfeld y Aníbal Garisto.
Dirección de sonido: Gaspar Scheuer.
Música: Martín Rodríguez.
Motion Graphics: Fernando Motrel.
Dirección de arte: Viviana Haimovitz.
Asistente de producción: Mía Cardeña Haro.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Detrás de la fachada

Nota publicada en Guay, suplemento juvenil del diario Miradas al Sur

El jueves 13 se estrenó El Clan, dirigida por Pablo Trapero. El film narra la historia de los Puccio, la familia que conmocionó a la sociedad argentina de los años '80.

Por Matías De Rose

En un escalofriante plano secuencia, Trapero invita al espectador a recorrer la intimidad de los Puccio en su propia casa, donde se evidencian las vicisitudes de una familia aparentemente normal pero que esconde en su interior los más oscuros secretos. Arquímedes pasa de la cocina al comedor sujetando una bandeja con un plato de comida. Su hijo menor no lo mira, está distraído viendo la televisión. Sube las escaleras. Habla con una de sus hijas que está estudiando en su cuarto. El travelling se detiene dos metros más adelante en la puerta de otro cuarto, de cuyo interior se oyen gritos de desesperación. Abre la puerta y deja el plato de comida junto al amigo de su hijo Alejandro, que está encapuchado y encadenado a una bañera.

El realizador del film pone el ojo precisamente en ese detalle: en la culminación de una serie de secuestros organizados por el clan Puccio, haciendo foco en cómo vivían la situación en el seno familiar, más que en los hechos delictivos en sí.


La trama se centra en el jefe de esta organización, Arquímedes Puccio, y su hijo mayor, Alejandro, interpretados respectivamente por Guillermo Francella y Peter Lanzani, quienes lograron una notable transformación de sus dotes actorales. Detrás de la fachada de una típica familia del barrio de San Isidro, se oculta un siniestro clan dedicado al secuestro y asesinato. Arquímedes lidera y planifica los operativos. Alejandro, estrella del club de rugby CASI y jugador de Los Pumas, se somete a la voluntad de su padre para identificar posibles candidatos y se sirve de su popularidad para no levantar sospechas. Los integrantes de la familia son cómplices en mayor o menor medida, viviendo de los beneficios que obtienen de los suculentos rescates pagados por los familiares de los secuestrados. Mediante el uso de elipsis que sitúan al espectador en la Argentina de comienzos de los años ‘80, el film comienza con un discurso del entonces presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) en el juicio a las juntas militares (1985). Es un buen recurso para contextualizar los hechos, pero Trapero pretende también mostrar algo más profundo. Puede observarse como una reflexión sociológica: la evidencia de un funcionamiento social que la dictadura había sembrado con terror. La violencia, el disciplinamiento, el ocultamiento, la complicidad e incluso la indiferencia, como ha referido su director.

La historia previa de Arquímedes es muy importante: se cree que fue miembro de la Triple A, contactos que le servirían de protección para su accionar delictivo posterior, y años antes había sido diplomático de Perón. Para los vecinos del barrio, era un padre prolijo y trabajador al que llamaban “el loco de la escoba”, ya que era visto con frecuencia repasar la vereda dentro de su pijama en horarios poco habituales. En ese sentido, la elección de Francella resulta un acierto en la medida que se trata, como Arquímedes, de un tipo común, familiar, de apariencia inofensiva. Por la imagen que se tiene de él, seríamos incapaces de relacionarlo a algún delito. De esa manera logró un personaje intenso, de mirada intimidante, arrogante pero con cierta mesura.

Quien recibió excelentes críticas es Peter Lanzani con su papel de Alex, personaje clave en la articulación del relato. Es un chico que pudo haber optado otros caminos pero que termina sometido a la complicidad de su padre. A través de Lanzani, el público logra empatizar con Alex como con ningún otro personaje. Otro acierto del director, quien profundiza en su vida personal y va exponiendo sus transformaciones -tiene su trabajo, su equipo de rugby, sus amigos, conoce a su novia, cambia sus actitudes, planea casarse y viajar a Suecia-. Pero también lo es de manera análoga, seleccionando a una joven promesa en el ascenso de su carrera, en relación directa con la realidad del personaje representado.

Es para destacar la labor de fotografía e iluminación por la que se registra en cámara un clima sórdido y tenue, a la vez que familiar. Esto se potencia con el aura oscura que genera la mirada de Arquímedes, cuya frialdad es bien captada por los primeros planos a su rostro. Son recursos que utiliza también para destacar la incomodidad en la mirada de su hijo Alejandro de participar en esos delitos -los que, sin embargo, acepta y forma parte-.

La época está bien lograda por la vestimenta, los australes, las patentes negras y sobre todo por la música -Virus, Serú Girán, The Kinks- que termina de anclar al espectador en los '80, aunque en este aspecto el recurso por momentos resulta excesivo y contrarresta, posiblemente adrede, las escenas dramáticas que puedan resultar más agobiantes. El ritmo y la tensión crecen significativamente cuando promedia el film y llegan al clímax hacia el final con un desenlace impactante.

El clan llegó a las salas y se perfila como el estreno argentino más importante del año. El realizador, una de las voces más destacadas del llamado Nuevo Cine Argentino deja de lado la marginalidad social que caracteriza a sus historias y se atreve a explorar por primera vez tres géneros en uno: una historia verídica, de época y un policial. Si bien desde Mundo Grúa (1999) a la actualidad es evidente una transición hacia un cine más comercial o masivo, Pablo Trapero conserva su propio estilo: sus producciones continúan exhibiendo relatos atroces sobre sujetos que viven en los márgenes de la sociedad, donde el antagonista principal es el poder.



FICHA TÉCNICA

El Clan (Argentina, España, 2015). Drama. Policial. Thriller.

Duración: 110 minutos.
Distribuidora: Fox
Guión y dirección: Pablo Trapero
Elenco: Guillermo Francella, Peter Lanzani, Lili Popovich, Gastón Cocchiarale, Giselle Motta, Franco Masini, Antonia Bengoechea y Gabo Correa
Fotografía: Julián Apezteguía
Música: Sebastián Escofet
Sonido: Vicente D'Elía y Leandro de Loredo
Edición: Pablo Trapero y Alejandro Carrillo Penovi
Dirección de arte: Sebastián Orgambide.

lunes, 8 de junio de 2015

¿A qué estamos jugando?

Artículo publicado en la sección "Nuevas Tintas" del diario El argentino (Zona Norte) -7 de junio, día del periodista-

¿A qué estamos jugando?

Periodismo. Periódico. Periodicidad. Frecuencia. Con estos pocos conceptos que distinguen a la profesión del “periodista”, bien se podría utilizar la definición de “periodismo” para las fases de la luna, la cosecha en las viñas o la transición del invierno a la primavera. El término anglosajón journalist, y sus derivados -en Italia es giornalista, en el vocablo portugués jornalista, en francés journaliste), es menos abarcativo aun, puesto que refiere a una periodicidad diaria.
La identificación general es imprecisa. Sería interesante contrastar esta especificación con la materia prima, el centro de este noble oficio: la información -vale decir recolectar, sintetizar, jerarquizar, publicar-. Nuestra “objetividad” -siempre subjetiva- en virtud de reflejarle a la sociedad lo que se nos presenta como “realidad” o las pequeñas “realidades” del presente o el pasado.
Aventurados son los que se empeñan en discutir el rol del que hace “periodismo militante” o “independiente”, mientras todavía no empezamos ni por la raíz de nuestra existencia. Somos partícipes de un presente en constante cambio, como Moreno lo fue al comienzo. No como Cabezas. Pero al final del día, vamos a tapar las grietas con cemento, por el que volveremos a marchar todos juntos. Porque sino, ¿a qué estamos jugando?.

Matías De Rose (26); Olivos, Vicente López.
Blog: www.vistasdepunto.blogspot.com.ar (Puntos de vista).
Mis autores favoritos son: Rodolfo Walsh, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt, Leila Guerriero, Truman Capote, Martín Caparrós.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Yo jugué al periodismo en mi infancia. Aquellas cartas devotas de la Difunta Correa que encontraba en las veredas del barrio, me llenaban de curiosidad. Las guardaba a todas. Después, procuraba encontrar las restantes en mis travesías con la bici. Un día, preguntando a mis mayores, descubrí el orígen de esta leyenda, que más tarde encontré llena de amor. Pero no identificaba al amor con apenas ocho años a cuestas (tampoco podría hacerlo ahora). Lo único que sentí fueron los cosquilleos de pensar que había develado un gran misterio, y dí por terminada la búsqueda. Hoy soy yo quien elije dejar su testimonio por escrito. Y dejar que vuele con el viento, para que otro pibe pueda encontrarlo jugando en las veredas del barrio.



domingo, 24 de mayo de 2015

Pablo Sepúlveda Allende: "En Chile existe una invisibilización hacia todo lo que fue el proceso de la Unidad Popular"

Nota publicada en Guay, suplemento juvenil del diario Miradas al Sur

Mano a mano con el nieto del ex mandatario chileno
Pablo Sepúlveda Allende: "En Chile existe una invisibilización hacia todo lo que fue el proceso de la Unidad Popular"

Por Matías De Rose
Desde Santiago
Ilustraciones de Nicolás Canobra

Pablo Sepúlveda es hijo de Carmen Paz Allende (la segunda de las tres hijas de Salvador y Hortensia Bussi) y Héctor Sepúlveda. Nació en México (septiembre del '76), producto del exilio de su familia, y se formó en La Habana, Cuba, donde primero estudió fisioterapia y después derivó a medicina, como su abuelo "Chicho". Luego regresó a Chile, donde ejerció en un centro médico público de la ciudad de Coquimbo, al norte del país.
Actualmente trabaja y vive desde hace seis años en Caracas, Venezuela. Pablo es también el nieto que más se parece políticamente a Salvador, y en consecuencia un firme defensor del proyecto socialista en Latinoamérica. Reflexiona sobre las debilidades de la "vía chilena" al socialismo pero las identifica como enseñanzas para los procesos revolucionarios actuales.




-¿Cómo creés que se recuerda a Salvador Allende en Chile? 

"Creo que a Salvador Allende se lo sigue recordando con mucho cariño y admiración. Su imagen no ha parado de renacer y crecer desde su muerte. Sus ideales, su trayectoria política, su ejemplo y su conducta  siguen inspirando a las nuevas generaciones y eso se pudo observar en las recientes luchas estudiantiles y demás luchas populares, donde la figura de Salvador Allende se levantó nuevamente como un referente ético e ideológico.
Creo que su principal legado político fue haber sido un precursor en la posibilidad de realizar la revolución socialista de forma pacífica, ampliando la democracia formal y representativa hacia una democracia económica y radical. Por otro lado también está su consecuencia política, su conducta coherente ante toda circunstancia, su sensibilidad humana y su compromiso con las clases sociales más humildes".

-¿Existe un mecanismo de invisibilización de cierta parte de la ciudadanía o los ámbitos oficiales?

"En Chile existe una invisibilización hacia todo lo que fue el proceso del Gobierno de la Unidad Popular. Es, tal vez, uno de los temas más ignorados en los medios de comunicación y en los ámbitos oficiales. Se habla mucho más sobre el golpe de Estado y las atrocidades la dictadura pinochetista que sobre la experiencia de la Unidad Popular como proceso en la construcción de una nueva sociedad más justa, siendo que en esta experiencia hay grandes enseñanzas y lecciones históricas que es necesario estudiar sobre todo en este tiempo latinoamericano, donde hay cada vez más gobiernos que buscan la transformación de las estructuras económicas y sociales del modelo capitalista".

Considero que también hay desde los ámbitos oficiales, y específicamente desde las cúpulas del actual Partido Socialista de Chile, una distorsión de la figura de Salvador Allende en el sentido que se le ha tratado de vaciarlo de su contenido  más radical y revolucionario, dejando solo una imagen de un  socialdemócrata más que de un político profundamente  revolucionario que luchó a lo largo de toda su vida y hasta el último momento por la construcción de una sociedad más justa".

-Creciste en un entorno en donde debatir la política era parte de lo cotidiano. ¿Qué recuerdos tenés de esas reflexiones? ¿Qué anécdotas te contaban tu madre o tu abuela en relación al día del golpe de Estado?

"Recuerdo la lucha contra la dictadura militar, sobre la atrocidades que cometía el terrorismo de Estado que se ejercía sobre el pueblo chileno, y las formas que se buscaban para difundir sobre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
Las anécdotas que se relataban sobre Salvador Allende eran generales, sobre todo referentes a su sentido del humor, lo bromista que era con sus amigos, sobre sus gustos personales, su profunda sensibilidad social y su infatigable capacidad de trabajo.
Específicamente sobre el 11 de septiembre mi abuela "Tencha" siempre contaba cómo vivió ese trágico día en la  Residencia Presidencial de Tomás Moro, la cual fue bombardeada por el mismo tipo de aviones que bombardearon el Palacio de la Moneda; ella contaba cómo tuvo que salir 'gateando' entre las bombas y el humo".

-¿Ves similitudes entre la Revolución Bolivariana y el proceso iniciado por la Unidad Popular? 

"Sí, considero que hay grandes similitudes de fondo, más allá de los diferentes contextos  y momentos históricos. La Unidad Popular fue el primer proceso que planteó la transformación de las bases estructurales de la economía capitalista por medios no violentos, realizando los cambios necesarios dentro del marco legal de una institucionalidad burguesa. La Revolución Bolivariana que impulsa el Comandante Hugo Chávez retoma el camino de esa transformación de la sociedad  por mismos cauces legales y democráticos pero también aprendiendo mucho de las debilidades que tuvo la  'vía chilena al socialismo', sobre todo en lo que refiere a la necesaria defensa del proceso revolucionario. Recordemos las palabras que varias veces dijo el Comandante Hugo Chávez: “Esta es una revolución pacífica pero no desarmada”. También el hecho de que la primera gran medida que tomó la Revolución Bolivariana fue llamar a un proceso constituyente para cambiar el marco constitucional y legal heredado, que limitaría el normal desarrollo de los cambios necesarios. En Chile, esa legalidad heredada también dificultó el pleno desarrollo del proceso de cambios".


-¿Y en los mecanismos destituyentes o golpistas entre una época y la otra?

"Claramente también hay muchas semejanzas en las estrategias contrarrevolucionarias que han tratado de derrocar al Proceso Bolivariano con lo que pasó en Chile. Principalmente los golpes de Estado de tipo militar con distinto desenlace, debido a que las Fuerzas Armadas en Venezuela tienen mucha mayor conciencia de clase, identificadas históricamente con las clases sociales populares. No así en Chile, donde las Fuerzas Armadas históricamente han servido a las castas políticas dominantes.
Otra estrategia desestabilizadora que se ha repetido ha sido la guerra económica, con bloqueo económico financiero y comercial, con una escasez provocada a través del acaparamiento de productos, la especulación de precios, sabotaje a la producción y distribución, etc".


 -¿Cómo ves el proceso de integración regional actual? 

"Creo que estos procesos de integración y cooperación Sur-Sur que se han ido consolidando a través del ALBA, UNASUR, MercoSur y CELAC son de vital importancia tanto para sentar las bases de unión y complementariedad, más allá de la diferencias en las tendencias políticas, como para constituirnos como un polo geoestratégico a nivel global. De esta manera se contribuye a la construcción de un mundo multicéntrico y multipolar, cuestión necesaria para una mayor convivencia pacífica basada en el respeto entre las naciones".


¿Cómo ves a la izquierda chilena actual y qué opinás sobre los procesos sociales que se intensificaron a partir del movimiento estudiantil? 

"Me parece que en Chile se llevan adelante muchas luchas importantes y emblemáticas, como la del pueblo Mapuche, la del movimiento estudiantil y otras luchas y construcciones a niveles locales, como en Freirina y Caimanes, entre otras. A pesar de sus grandes dolores y también sus logros y avances,  son movimientos y luchas que se mantienen aún bastante dispersos, y me parece que hay que ir buscando convergencia hacia unos objetivos que respondan a las grandes y pequeñas demandas de la sociedad chilena, las cuales están aflorando cada vez con más fuerza y claridad.
Creo que uno de los grandes logros, sobre todo del movimiento estudiantil, fue a un nivel más profundo al lograr cuestionar el núcleo ideológico y cultural del modelo neoliberal, en el cual el sentido del lucro es parte fundamental de la hegemonía cultural del neoliberalismo. Al lograr deslegitimar el lucro tanto en la educación como en muchos otros ámbitos de las relaciones sociales y económicas se empieza a identificar con más claridad quiénes y de qué formas nos han dominado históricamente, lo cual es fundamental para ir afinando la puntería en las luchas que se vienen".

martes, 20 de enero de 2015

Los desaparecidos de la democracia argentina

Artículo publicado en Bifurcaciones (Chile), revista de estudios culturales urbanos.


El 10 de diciembre último, la República Argentina celebró 31 años de democracia ininterrumpida. La fecha recuerda el fin de la dictadura más sangrienta que vivió el país, la cual dejó un saldo atroz de 30 mil desaparecidos, pero también interpela a la sociedad en la búsqueda de la verdad sobre los crímenes ocurridos durante ese período. Tristemente, con la llegada de la democracia advertimos la vigencia del funcionamiento de un plan sistemático de las fuerzas policiales para asesinar y “desaparecer” a niños adolescentes de los barrios pobres del Gran Buenos Aires, que son utilizados por los mismos policías para ejercer operaciones delictivas. Así lo revela la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) de la Argentina, en un estudio que pone en evidencia el escandaloso nivel de violencia institucional y la desidia del Estado. Este artículo pretende contribuir a la construcción de la memoria y la verdad.

Por Matías De Rose

En su último informe represivo público, CORREPI registró, desde el retorno democrático a la actualidad, un total de 4278 muertes por gatillo fácil y tortura seguida de muerte en cárceles y comisarías. Además, dan cuenta de un total de 210 personas desaparecidas y 69 asesinatos en el marco de protestas y manifestaciones sociales. Analizaremos los casos más emblemáticos y sus respectivos tratamientos en los medios masivos de (des)información. El escuadrón de la muerte: la sucesión de ministros y sus medidas como respuesta a las demandas por mayor seguridad. Nunca más, una consigna pendiente en la Argentina.

LA SECTA DEL GATILLO FÁCIL

Recientemente hallaron en Buenos Aires el cuerpo de Luciano Arruga, un chico de dieciséis años que llevaba casi seis desaparecido. Las denuncias sobre este caso, que comprometen a la policía bonaerense, reflejan una escalada de asesinatos de chicos jóvenes de los barrios pobres, reclutados en detenciones ilegales por la policía para robar para ellos, desapariciones forzadas, torturas y violaciones de derechos humanos en las cárceles de todo el país.

En el año 1996 el entonces presidente Carlos Menem intentó explicar a los medios por qué crecían las denuncias públicas por fusilamientos policiales: “hay periodistas de pluma fácil”, escupió sin remordimientos. En los meses siguientes, la tesis fue reforzada por el jefe de la Policía Federal, el comisario Adrián Pelacchi, y por el ministro del Interior y responsable de las fuerzas de seguridad federales, Carlos Corach, que agregó una frase en la que resonó la voz del dictador Jorge Rafael Videla respondiendo sobre los desaparecidos: “¿Dónde están los nombres?”.

Fig. 1: Crecen las denuncias por gatillo fácil a lo largo del país. Fuente: CORREPI.
Crecen las denuncias por gatillo fácil a lo largo del país. Fuente: CORREPI

En respuesta a estos dichos, la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), una organización de derechos humanos formada en el año 1991, orientada a la lucha y la denuncia de la represión estatal, logró confeccionar una lista con 282 nombres en un archivo de casos, tomando como punto de partida el año 1983. Nacía, de esta manera, uno de los primeros organismos en el país en implementar mecanismos de búsqueda y procesamiento de datos en la lucha contra la violencia institucional.

Si bien la coordinadora estima que es incalculable la “cifra negra” real del gatillo fácil y de las torturas y muertes en las cárceles y comisarías, afirman que están incorporando permanentemente, además de los casos ocurridos en el año en curso, “otros de años anteriores, comprobando, en la práctica, que muchos homicidios perpetrados desde el Estado no trascienden siquiera en esta humilde base de datos debido a la creciente invisibilización de los episodios represivos, especialmente los que afectan a los sectores sociales más vulnerables, que hace que no lleguemos a conocer infinidad de casos. Hay provincias enteras de las que sólo contamos, como fuente, con lo poco que trasciende en los medios de comunicación a nuestro alcance”.

En su informe represivo anual dado a conocer recientemente para el período 1983-2014, CORREPI registra un total de 4278 muertes por gatillo fácil y tortura seguida de muerte en cárceles y comisarías -el 63 por ciento de esta cifra corresponde a la última década-. Además, dan cuenta de un total de 210 personas desaparecidas -ochenta desaparecieron durante los últimos diez años- y 69 asesinatos en el marco de protestas y manifestaciones sociales -veinte de ellos durante la gestión kirchnerista-.

La abogada María del Carmen Verdú, integrante de CORREPI, argumenta que “si bien hay una metodología de represión de control social, que se descarga sobre los sectores no organizados de la clase trabajadora con características ‘preventivas’ porque tienden a instalar un amedrentamiento, un disciplinamiento que permite aventar la posibilidad de una organización de esos sectores populares, también se utiliza la metodología de represión de carácter más selectivo sobre los trabajadores”.

Otro dato relevante es que del total de los casos, el 51 por ciento de las personas corresponde a varones de entre 15 y 25 años, en lo que demuestra una no casual decisión de apuntar a los sectores más jóvenes. El 90 por ciento de ellos está por debajo de la línea de pobreza, por lo que son los chicos de mayor vulnerabilidad social quienes más intervenciones sufren en diferentes instancias de conflictividad. De igual gravedad es el caso de las mujeres, que además de ser víctimas de  las redes de trata y explotación sexual sufren la complicidad de todo un sistema patriarcal que las desampara.

“La desaparición forzada” -señala Verdú- “es sólo una de las metodologías a las que recurre el estado argentino en materia represiva. En enorme cantidad de casos se trata de hechos muy similares al de Luciano Arruga: chicos de barrio que son sistemáticamente arribados por la policía como mano de obra esclava para robar o transar drogas en los barrios para ellos. Los pibes que se resisten son víctimas del gatillo fácil y en casos como los de Luciano y tantos otros, desaparecen”.

En la categoría de muerte de personas privadas de su libertad, confluyen los inverosímiles suicidios por ahorcamiento o incendios en cárceles y comisarías, que encubren, en una enorme proporción, la muerte por aplicación de tormentos. La casi totalidad de las muertes en comisarías corresponde a personas que no estaban detenidas por acusaciones penales, sino arbitrariamente, por aplicación de las más efectivas herramientas de control social, la averiguación de antecedentes y los códigos de faltas y contravenciones. Algunas desapariciones, en las que se sabe que la víctima pasó por una comisaría, están listadas bajo esta categoría. Otras lo están en la de “otras modalidades”.

Los asesinatos en el marco de causas fraguadas para “hacer estadística” y exhibir una eficiencia muy lejana a la real y los hechos resultantes de otros delitos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad, reconfirman la constante participación policial en delitos comunes, vendiendo información, proveyendo zonas liberadas, proporcionando armas o interviniendo directamente en la organización de robos tipo comando, tráfico de drogas y autos robados, secuestros extorsivos, trata de personas e incluso a veces como parte de “operaciones de prensa” para ganar prestigio desbaratando los ilícitos que ellos mismos generan, o para ganar espacios en sus disputas de poder internas.

Este informe, en su conjunto, muestra que con el fin de la dictadura no se terminaron los abusos por parte del Estado. Al contrario, se renovaron métodos y la brutalidad sobre los sectores populares se mantuvo. Si bien el nivel de violencia es muy inferior al período dictatorial (1976-1983), el marco democrático en el que se desarrollan todos estos casos de abuso institucional le dan un tinte de gravedad muy importante.

Fig. 2: El diario Clarín niega la hipótesis de asesinato.
El diario Clarín niega la hipótesis de asesinato. Foto: archivo Clarín


NO EXISTEN CRÍMENES PERFECTOS, HAY INVESTIGACIONES MAL HECHAS

Es importante mencionar que, en los fueros penales, de 3013 causas referidas a los delitos de torturas y apremios ilegales en democracia, 3010 fueron caratuladas como “apremios” y sólo tres como torturas. Únicamente treinta fueron elevadas a juicio y en las restantes se estimó que no había mérito para acusar. Los tres casos de torturas fueron archivados.

“El sistema hizo que haya una reticencia muy fuerte de parte de jueces y fiscales a usar el término tortura. El 90 por ciento de las causas, en los pocos casos que se logra avanzar y llegar a juicio, quedan calificadas con figuras menores como los apremios o las vejaciones. La tortura es el crimen de Estado por excelencia. La tortura puede ser cometida por el aparato represivo estatal, con la connivencia de todo el conjunto del Estado, y por lo tanto decir tortura es responsabilizar al Estado y al gobierno de turno. En cambio, si utilizamos cualquiera de esas expresiones menores, o al muerto en tortura lo calificamos como un simple homicidio o incluso como un homicidio calificado lo que va a ir a las estadísticas es un hecho individual, no un crimen de Estado”, explica la doctora Verdú.

Por su parte, Pablo Pimentel, titular de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), asegura que “de cuatro casos concretos, sólo uno es denunciado. Sucede que la fiscalía tiene que trabajar estos casos con la policía, entonces cuando a la fiscalía le toca investigar a la policía con la que trabajan, se vuelve algo complicado. Por eso hay una disposición que establece que cuando hay personal policial involucrado tienen que trabajar con otras fuerzas, ya sea Gendarmeria o Prefectura. Y si la familia no está organizada o apoyada son esos casos que quedan en el olvido y en la gran página de la historia que se titula impunidad”.

Gran parte de los medios masivos, que poco contribuyen al esclarecimiento de estos hechos, tomaron las conjeturas del caso Luciano Arruga para instalar la hipótesis de un accidente de tránsito y cerrar el caso. Encontraron en él una figura provechosa para la primicia y la mercancía informativa; desestiman la versión de los abogados y de la familia o la desvirtúan con fines políticos. Pocos informaron sobre las denuncias probadas de torturas del destacamento de Lomas del Mirador, donde el mismo Luciano fue castigado el 22 de septiembre del 2008, unos meses antes de su desaparición.

Con gran claridad Vanesa Orieta, hermana de Luciano, explicó: “Ustedes pueden informar que fue un pibe que cruzó la autopista y lo atropelló un auto y ya. Pero van a estar mintiendo. Porque la familia denunció que hubo acoso policial. Que está confirmado que el 22 de septiembre de 2008 fue víctima de una golpiza. Y que cuando mi hermano desaparece, hubo peritajes positivos que arrojaron que Luciano había estado en un patrullero, había estado en un descampado, que los patrulleros se salieron de la cuadrícula. Esto no cierra con un pibe que cruzó la autopista. Hay que saber la verdad”.

La desaparición de Luciano se dio en el medio de un contexto de fuertes campañas mediáticas de criminalización de la pobreza y la juventud, donde el discurso en torno a la “inseguridad” estaba dirigido hacia pedidos de mayor mano dura, y un fuerte lobby de varios sectores para bajar la edad de imputabilidad. Como si en la discrecional situación actual no fuera posible mantener durante años privado de su libertad a un chico que no ha cometido delito alguno o apenas un hecho menor, mientras los jueces están facultados para dejar en libertad a los autores de un homicidio.

La baja de la edad de imputabilidad existe de hecho pero sin las garantías del debido proceso, que fueron contempladas en el proyecto de ley que tuvo media sanción por unanimidad en el Senado en 2009 (una semana después de las elecciones legislativas de ese año) y que nunca fue tratado por la Cámara de Diputados.

El silencio de los medios alrededor de la desaparición de un pibe, muerto sin motivo, castigado por la policía en un destacamento creado en torno a demandas de “mayor seguridad”, no es casual: difundir esta realidad significa el derrumbe de los argumentos de quienes proponen la política de la “mano dura” o la criminalización de jóvenes y pobres.

Fig. 3: Marcha por la aparición con vida de Jorge Julio López. Fuente: Diario Inédito.
Marcha por la aparición con vida de Jorge Julio López. Foto: Diario Inédito

EL ESCUADRÓN DE LA MUERTE

Alejandro Granados, Ministro de Seguridad de Buenos Aires

Los ocho policías sospechados del caso Luciano Arruga habían sido pasados a disponibilidad de manera temporal, hasta que en marzo del 2014 fueron reincorporados por el ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados. Finalmente volvió a pasar sus puestos a disponibilidad a partir del reclamo de los familiares y organismos querellantes.

En 1999, luego de protagonizar un tiroteo con delincuentes que intentaron asaltarlo dentro de su casa, Granados le dirá al diario Página 12: “Estamos en guerra con los delincuentes, y la guerra hay que librarla. Es a matar o morir” y afirmaciones como: “En ninguna casa debe faltar un arma”, que se contradicen, por otro lado, con las actuales campañas de desarme que impulsa el gobernador Daniel Scioli. En 2013, ya a cargo del Ministerio de Seguridad, una de sus primera medidas fue multiplicar las calles de patrulleros de la policía y gendarmería nacional.

En el 2002, el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial, entonces a cargo de Juan Pablo Cafiero, desentramó una investigación que puso en evidencia el modo de funcionamiento de un escuadrón de la muerte policial en Esteban Echeverría y Ezeiza, partido cuya intendencia gobernaba Granados. Según los fiscales de esta investigación, esta serie de acciones extrajudiciales, tales como secuestros extorsivos, vejaciones y reclutamiento de jóvenes con fines delictivos, fue impulsada e ideada por el comisario de la 1ª de Ezeiza, Carlos Adrián Dombrosqui.

Durante los años de la gobernación de Eduardo Duhalde (1991-1999), Julio Quintela fue titular de la comisaría 1ª, donde lo sucedió Dombrosqui, quien había sido su segundo. Los vínculos políticos se hicieron explícitos cuando Granados designó a Quintela como Director de Seguridad de la Municipalidad. Más tarde, Dombrosqui lo reemplazó al frente de ese sistema de patrullas del programa Tolerancia Cero que ahora se invoca como antecedente por el cual habría que confiar en Granados como ministro de Seguridad.

Ricardo Casal, ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires

Según coinciden los organismos de derechos humanos, la escalada de violencia empeoró a partir de la gestión de Ricardo Casal, con la aplicación del Plan de Emergencia en Seguridad lanzado por el gobernador bonaerense Daniel Scioli, a partir de la asunción del ministro Alejandro Granados.

En relación al caso Luciano Arruga, Casal, quien había estado al frente de la conducción de la policía bonaerense durante su desaparición, declaró que el caso era un simple “tema hospitalario”.

Sin embargo, el actual ministro de Justicia tendría un prontuario consecuente con este tipo de episodios: en 1973, con sólo dieciocho años, fue designado agente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en la Unidad 9 de La Plata. Luego del golpe de Estado en 1976, Casal permaneció en la Unidad 9 y fue ascendido sucesivamente en la carrera penitenciaria. Entre 1976 y 1982, varios presos políticos que pasaron por la Unidad 9 lo habrían reconocido participando en interrogatorios realizados en salas especiales dispuestas en el penal.

Lo cierto es que efectivamente existieron “pabellones de la muerte” en esa delegación, situación que no podía desconocer ningún penitenciario. Casal continuó desempeñándose como agente del SPB hasta 1987, año en el que pasó en comisión a la Subsecretaría de Justicia.

Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación

A Sergio Berni, Teniente Coronel del Ejército Argentino, se lo señala de todos lados como integrante de una de las unidades que se sublevó en el alzamiento carapintada en 1987, motín que condujo a las leyes de Punto Final y Obediencia Debida por las cuales prescribían los delitos de lesa humanidad perpetrados por los militares del último golpe genocida. En marzo de 2012 fue designado secretario de Seguridad y quedó a cargo de la Gendarmería, la Prefectura Naval, la Policía Federal y la Policía Aeroportuaria.

En la represión del Parque Indoamericano de Villa Soldati -Ciudad de Buenos Aires- en diciembre de 2010, luego de que la Metropolitana, Gendarmería y la Policía Federal asesinaran a dos hombres, Berni se instaló en el parque para negociar el abandono de los ocupantes. Allí se encontraban más de tres mil familias que habían tomado el predio en reclamo de una vivienda digna, dejando expuesta una magra crisis habitacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Envuelto en una nueva polémica, es denunciado por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Liberpueblo y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) ante el juez federal Sebastián Cassanello por el arresto de 68 personas -entre las que se encontraban dos menores de edad- sin orden judicial, y su posterior traslado a la guarnición militar de Campo de Mayo, donde funcionó un centro clandestino de detención y tortura durante el terrorismo de Estado.

Se trata de los hechos que ocurrieron el 30 de agosto pasado cuando beneficiarios del plan Argentina Trabaja cortaron la Panamericana a la altura de la localidad de General Pacheco, Buenos Aires, en reclamo de un aumento en ese subsidio. Las organizaciones denunciaron que cuando finalizaba la protesta y la gente se retiraba, efectivos de Gendarmería subieron a los micros ostentando sus armas y se ubicaron sobre los pasillos centrales de los mismos, vociferando a los gritos que se encontraban todos detenidos e incomunicados, exigiendo a todos los ocupantes apagar sus teléfonos celulares.

Sergio Berni ha llegado a declarar que “en casi todos los delitos hay involucrados menores, que son reincidentes”, dichos que fueron apoyados por el intendente del partido bonaerense de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien, en la misma sintonía, exponía como una de sus principales propuestas en su candidatura a Diputado Nacional por el Frente para la Victoria -cargo al que renunció recientemente- bajar la edad de imputabilidad.

Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires

En diciembre de 2007, el flamante gobernador Daniel Scioli inicia su gestión desmantelando las medidas de reforma a la Policía Bonaerense llevadas adelante por el ex ministro de Seguridad León Carlos Arslanián. Entre las modificaciones se encontraba dispuesto que:

- Se abandona la dirección civil de la fuerza y el modelo de conducción política de seguridad, volviendo al esquema de delegación y autogobierno de la policía bonaerense. – Se desarticulan los mecanismos de control interno que se habían diseñado a cargo de personal civil. – Se eliminan las políticas de participación ciudadana y de prevención comunitaria de la violencia.

En los años siguientes, los excesos presupuestarios para los planes anunciados en Seguridad se enfocaron en otorgarle más poder a la policía, endurecer las penas, abrir convocatorias a suboficiales retirados y en la compra de más armamento y patrulleros para los municipios.

Un informe elaborado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) muestra cómo estas medidas anunciadas en un contexto “de emergencia” se han propuesto en reiteradas oportunidades desde hace casi quince años, sin haber llegado a mejoras concretas en materia de seguridad y disminución de la violencia.

NUNCA DIGAS NUNCA

- Andrés Núñez fue secuestrado en su domicilio la madrugada del 28 de septiembre de 1990 por personal de la Brigada de Investigaciones de La Plata -capital bonaerense-, y llevado a esa sede donde lo torturaron hasta la muerte.

- Walter Bulacio (17) fue asesinado por la Policía Federal en 1991. Aunque la Ley de Patronato de Menores prohíbe la detención de menores sin intervención de un juez competente, Bulacio fue retenido en la comisaría; lo sacarían de allí recién a la mañana siguiente, rumbo al Hospital Pirovano, donde le diagnosticaron un traumatismo craneano. Con las pocas fuerzas que le restaban, dijo haber sido golpeado por la policía. Murió cinco días más tarde y la autopsia encontró huellas inequívocas de golpe con objetos contundentes en miembros, torso y cabeza.

- El periodista gráfico José Luis Cabezas, asesinado en 1995 de un tiro en la cabeza e incinerado por una banda de policías que habían sido fichados de sicarios por el poderoso empresario Alfredo Yabrán.

- Miguel Bru fue detenido y torturado en la Comisaría 9º de La Plata, ex Centro Clandestino de Detención. Durante la investigación hubo testigos amenazados e incluso asesinados. A uno de ellos lo secuestraron y no volvió a aparecer. Por el caso Bru, en 1999, la justicia condenó a dos policías, un comisario y un oficial, pero la familia de Miguel, hoy luchando desde la Asociación Miguel Bru junto a otros casos víctimas de abuso de poder, continúa buscando la condena del resto de los policías que estuvieron esa noche.

- Otro ejemplo atroz han sido los asesinatos de 33 manifestantes por policías y guardias jurados durante las protestas del 19 y 20 de diciembre de 2001 contra el entonces presidente Fernando de la Rúa.

- El 2 de octubre de 2003, Iván Torres, de 24 años, salió de su casa en Comodoro Rivadavia, Chubut, y se fue a una plaza a jugar al fútbol con amigos. Esa tarde dos patrulleros merodearon la zona. A la medianoche lo subieron al móvil nº 469, y desde entonces nunca más se lo vio. Desapareció.

Según testigos, Iván estuvo detenido en la Comisaría 1º de Comodoro Rivadavia y fue golpeado brutalmente e incluso torturado por efectivos del lugar. Lo detenían con frecuencia: “Averiguación de antecedentes”; “contravención”, eran los motivos. En un informe presentado por los abogados de la familia de Iván al Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas, se detalla un episodio de detención:

“(…) fue llevado por la policía a un lugar alejado de la zona urbana donde le sacaron las zapatillas, la remera, fue golpeado, y le hicieron simulacro de fusilamiento con armas de fuego. Gustavo Cruz, amigo suyo, fue uno de ellos, quien además denunció a la policía por apremios ilegales, y murió en ocasión de un incendio en la vivienda humilde en la que vivía mientras dormía.”

El 9 de enero del mismo año, la mamá de Iván recibió una carta de un testigo que aseguraba haber visto cómo golpearon a Iván, y quiénes fueron. Al otro día remiten la carta a la CIDH solicitando urgente protección al testigo. El 17 de enero, David Hayes -el testigo- fue asesinado en la Alcaldía Policial de Comodoro Rivadavia. Sería el primero de los seis testigos asesinados en circunstancias confusas. Tamara, amiga de Iván y testigo de las reiteradas y arbitrarias detenciones al joven, fue violada por un policía creyendo que era hermana de Iván.

Luego de que la jueza Eva Parcio de Selene sobreseyera en 2007 a quince policías acusados, y en cuya sentencia expresara: “En Argentina, año 2003, democracia, Comodoro Rivadavia, no puede haber desaparición forzada”, la familia y los abogados solicitaron su remoción del caso. Pero la jueza continuó en el cargo. Nunca ordenó la detención preventiva por lo que, al día de hoy, ninguna persona está detenida por la desaparición de Iván. Incluso la misma policía denunciada es la que está investigando el caso.

En diciembre de 2009, la CIDH envió un informe al Estado argentino, haciendo una serie de consideraciones y recomendaciones que debían ser cumplidas en un plazo de dos meses. Pasado ese período, el Estado solicitó dos prórrogas que fueron aceptadas. Pero la Comisión consideró que no hubo “avances sustantivos en el efectivo cumplimiento de las recomendaciones contenidas en el informe de fondo” por lo que realizó la correspondiente demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José de Costa Rica, el 18 de abril de 2010, convirtiéndose en un caso testigo de desaparecido en democracia que llega a esa instancia internacional, ya que se evaluará la responsabilidad del Estado en la desaparición de personas, mediante el abuso de poder, sobre todo en grupos de vulnerabilidad social.

- Jorge Julio López, de 77 años, desapareció dos veces.Fue detenido por la dictadura y testigo clave en el juicio contra el policía y represor Miguel Etchecolatz. Fue secuestrado el 18 de octubre de 2006 tras haber testimoniado en el juicio a sus torturadores y desde entonces sigue desaparecido.

- Carlos Fuentealba, profesor en huelga ejecutado en 2007 de un escopetazo por el policía José Darío Poblete.

- En el verano del 2009 Luciano Arruga es detenido y llevado al destacamento policial de Lomas del Mirador, partido bonaerense de La Matanza, y en adelante no se supo más nada de él. Su cuerpo apareció casi seis años más tarde. Tal como Iván Torres, Luciano había sido detenido en ocasiones anteriores, y golpeado brutalmente, en lo que se conoce como “criminalización de la pobreza”. Luciano era un chico de dieciséis años de un barrio pobre.

- Mariano Ferreyra, manifestante caído en 2010 a balazos por una patota del sindicato Unión Ferroviaria. La policía está implicada en la liberación de la zona.

- César Monsalve, de trece años, desapareció de su casa en la ciudad patagónica de Trelew, el lunes 27 de mayo de 2013. Era sobrino de Bruno Rodríguez Monsalve, un testigo clave en el caso donde un joven de dieciséis años denunció que había sido abusado dentro de una de las celdas de la comisaría Segunda de Trelew, el 18 de enero de 2012, que fue asesinado el año pasado.

Fig. 4: Parque Indoamericano.
Represión en el parque Indoamericano. Foto: archivo

La relación desaparición-violencia policial-condición social a la luz de los casos recién mencionados, nos permite recrear la manera en que se ejecutan y desarrollan todos estos actos. De esta manera observamos un pacto de contraprestaciones recíprocas con el poder político, que devela que la policía no trabaja ya para la prevención del delito sino para el control territorial de los barrios más carenciados.

También comprobamos que no se trata de un fenómeno aislado sino de un plan sistemático que funciona a lo largo del país: desde Chubut, en la patagonia argentina, hasta Formosa, al norte, donde asesinaron a representantes de la comunidad indígena Qom en reclamo de sus tierras. La provincia de Buenos Aires -hacia el conurbano bonaerense, compuesto por los barrios aledaños a la Ciudad de Buenos Aires- encabeza la lista de casos, con el 45 por ciento. Luego le siguen las provincias de Santa Fe y Córdoba, ambas en la región centro de la Argentina; y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No es un dato menor que las provincias y distritos a la vanguardia de la represión están gobernadas por el oficialismo y los principales partidos opositores -Daniel Scioli, Antonio Bonfatti, José Manuel De la Sota y Mauricio Macri-, en lo que muestra una política continuista o más agresiva aún de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

Esta es la lista negra de algunas de las víctimas más emblemáticas de la violencia institucional argentina. La crónica del intento por enmascarar y disimular la muerte. Detrás de las cifras hay personas de carne y hueso. Fueron amigas, padres y madres. Personas que amaban y que sentían. Que tuvieron hambre y que pasaron frío. Que jugaban al fútbol. Que estudiaban o trabajaban. Que sabían algo. O que no sabían nada… Y ahora son sólo preguntas. Sus identidades flamean en banderas. Están estampadas en nombres de calles y puentes. En sus propias fatalidades. Son los símbolos de la desidia y la indiferencia convertidos en algo que no logramos entender: en la triste figura del desaparecido.